francis-segura-080116

Sí, hay que aclararlo, pero después de esta larga ausencia de dos semanas por cosas del almanaque, cabe declarar que seguiré asomando la cabeza por aquí, aunque a veces me puede el pesimismo de un mundo que se nos cae encima y en el que parece que, ni a gritos ni a susurros, nos enteramos de nada.

Sigo vivo. Soy un tiorro feorro sin ser de la CUP pero bueno, Dios a cada uno le dio unos talentos y los míos están enterrados debajo de este disfraz de oso pardo que no he comprado en la Plaza Mayor de Madrid (pero confesadlo, lo parece).

Lo dicho, que sigo vivo. Vivo con lo que me han traído los Reyes, o las Reinas, Melchor, Gaspar, Baltasar y sus equivalentes femeninos (que ya irán apareciendo en el imaginario después del despliegue de estas navidades). Sigo vivo, después de pasar líneas y líneas intentando quitarle hierro al asunto, que parece que el mundo se iba a acabar llevando lo más sagrado (la ilusión de los niños) al estrado y al cadalso. Sigo vivo, y parece que soy como más en este año (2.1000.10.6 como si fuera la IP de un ordenador necesitado de reparación).

Como he tenido cerrado el garito de SA durante toda la navidad, he tenido tiempo de observar, de pensar y meditar un poco más que de costumbre. Y me sigo impresionando cuando veo cómo algunos malgastan estas fiestas y no se obligan, so pena de exAppleación (y eso es gordo ahora) a vivirlas transmitiendo paz y luz, que no es tan complicado (leche, sin lactosa). No fue ni en Nochebuena ni en Navidad, pero a la suegra no la he aguantado para nada, al revés, hemos tenido un rico intercambio de experiencias. Con el cuñado genial: nos ha traído un licor de arroz con leche que, a la nariz simplemente alimenta. Con la cuñada estupendamente, porque ella me entiende a mí y sabe que los problemas son compartidos.

Total, que después de todos los topicazos navideños sigo vivo. Y el gobierno sin formar, y Cataluña descabezada, y los de Podemos sembrando el temblor y los contraPodemos los pobres míos sulfurados. Pues yo me estoy escapando. Ciudadanos me sigue en Twitter, la gente del PSOE de mi ciudad me saluda amablemente, los antiguos del PP siguen teniendo una bonita complicidad conmigo, Dani González de IU tiene el mismo arte de siempre y Susana, la de Podemos, creo que lo está haciendo todo lo bien que puede.

Yo sigo vivo. Y como el respirar (todavía) no me lo cobran, voy a tomar aire, voy a llenar el pecho y… digo yo que tendré que ir abriendo la rueda de reconocimiento, que se me pasa el arroz y yo el arroz como que lo miro de lejos. A ver, vayamos pasando, por favor. Ordenadamente, sin atropellos, sin tropiezos. ¿Que hay mucha gente, señor Alejandro Balbuena (Balbuena es el dire)? Ya ves, después de quince días mirando y golimbreando por esas calles de la ciudad, me he encontrado a muchos que, sin querer queriendo, han intentado que yo no viva la Navidad como siempre he querido. Sepan ustedes, lectores, que una dislocación intestinal me aguó la cena de navidad y pensé que la Noche sería de todo menos Buena, pero tuve suerte…sigo vivo.

Ya son treinta Pascuas, treinta mensajes del rey Juan Carlos y del Rey Felipe, no sé cuántos de Chaves, Griñán y Susana; treinta bendiciones urbi et orbi del papa viajero, el papa teólogo y el papa de la sonrisa; treinta cabalgatas de Ateneo en Tetuán y en Orfila… después de unas 300 uvas que calculo que me habré comido en las transiciones de los años en todas las cadenas posibles (Almería, conseguido)… me sigo dando cuenta de que estoy vivo. Porque a veces, en medio de toda la jarana, me vengo abajo como un nardo sin oló. Bueno, pero sigo vivo. De aquí al domingo sigue siendo Navidad. Sigue quedando tiempo para sentirse con magia en las venas e ilusión en la mirada. Venga, que a alguno de los de antes lo libro de la rueda si me promete una sonrisa. Pero no vale celada, ni engaño. O sonrisa, o atracón de comer. Ya me dicen.

Sevillano habilitado por nacimiento, ciudadano del mundo y hombre de pueblo de vocación. Licenciado en Historia del Arte que le pegó un pellizco a la gustosa masa de la antropología, y que acabó siendo...