opinion-francis-segura-16-oct-15

Lo estaba viendo venir. Me lo figuraba. Intenté aceptarlo con naturalidad, como el que ve caer las hojas de los árboles ahora que Octubre arranca las historias vivas de las copas que caducan en los parques. Lo comprendí, porque se hizo siempre, o al menos en mis tiempos se hacía…y todo se acaba especializando.

A ver. Vayan pasando a la vitrina. Encendamos los neones y preparemos la rueda de reconocimiento. Por orden, o en desorden, como quieran, se van poniendo junto a la pared. Sí, usted, el caballero conservador de chaqueta de lanilla, y usted, señora elegante de clase elevada, premiada con una descendencia numerosa, que eso es gracia de Dios. No pretendo castigarles mucho, sólo contemplarles para encontrar el fundamento a la sorpresa y al disgusto que se me han tomado. Luego, si quieren, hacemos las preguntas pertinentes.

Sí, les veo los rostros demudados, pálidos y la violeta alforja de los párpados casi lívida. Gracias. Sé que se preocupan mucho por sus hijos y por sus hijas. Por eso, lo agradezco. Pero no basen en la preocupación la negación de ciertos derechos a sus hijos.

Se han asustado bastante cuando han leído en los medios escritos, a la hora del desayuno, que el ayuntamiento de Espadas se ha gastado un pastizal en «artículos propios de sex-shop» que acabarán repartidos en los centros de educación secundaria, para niños como los suyos, que se librarán de ese reparto por estudiar en colegios concertados, de los que a mí me gustan desde siempre.

No sé si se han parado a pensar que la iniciativa del gobierno municipal busca resolver cuestiones fundamentales. Preguntas y sensaciones que todos hemos anhelado y nos han causado mucha curiosidad. Todos, ustedes también, de una forma u otra, han anhelado conocer la respuesta. Y ahora les parece injusto que alguien se atreva a resolver esas dudas o a facilitar la cuestión para sus hijos o para jóvenes como ellos.

La cuestión de la iniciación sexual no es baladí. Es algo que determina para siempre la vida de todos. Marca los preceptos y señala caminos por los que se camina para siempre, con más o menos carga a la espalda, con una carga más o menos pesada.

Hoy la rueda es más breve. No se me sorprendan, no se me preocupen. Dejen que la previsión arregle males mayores, afecciones ulteriores, daños de más grande hondura. Luego vendrán preguntas que no responderán. Y habrá silencios que dolerán para siempre. Todo en su sano sendero. Caminemos. Caminen.