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¿Cambiarías tu intención de voto a las próximas elecciones de conocer que tu partido político está en quiebra económica? ¿Y si supieras que mantiene más deuda con la banca que lo que recibe por subvenciones públicas y aportaciones privadas? Y es que, además de los programas políticos y los candidatos, el estado de financiación de los partidos debería ser visto como uno de los indicadores clave de cara a una ciudadanía informada que elige su opción política.

Un documento que nos acerca un poco al opaco mundo de la financiación de los partidos es el Informe 2009-2011 de fiscalización de los estados contables de los partidos políticos que publicaba a finales de Octubre de 2013 el Tribunal de Cuentas. Se trata de un documento, de carácter técnico, que presenta tanto resúmenes como datos, tanto conclusiones como recomendaciones. Entre ellas, que a fechas de 2011 hay 17 formaciones políticas que presentan cuentas negativas.

Dediqué una tarde a pasar a formatos abiertos dicha información y desde el colectivo Cuentas Claras hemos desarrollado una serie de visualizaciones que nos facilitan encontrar historias por nosotros mismos. A través de las distintas pestañas puede explorarse los datos de financiación de los partidos políticos entre 2009 y 2011 desglosado por formación política o por tipo de financiación. Dado que los distintos medios de prensa ya se han encargado de repetir lo que el Tribunal comenta en su informe, es ahora tu turno: ¿Qué historias interesantes encuentras?

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Os comparto las mías. Entre 2009 y 2011 los partidos obligados a declarar ante el Tribunal de Cuentas han recibido un total de más de 1.300 millones de euros, de los que 850 millones corresponden a financiación pública, 202 millones por fuentes privadas y 275 millones en préstamos con entidades de crédito (nota: el importe en préstamos que figura es el nivel de endeudamiento conjunto al cierre de cada uno de los ejercicios fiscalizados). El bipartidismo se hace patente: PP y PSOE acumulan más de la mitad del total (1.000 millones de euros). Entre 2009 y 2011 PSOE recibió algo más de financiación privada, PP algo más de financiación pública y el total recibido en préstamos es parecido. Tras PP y PSOE son PNV e IU los que abanderan la recepción de fondos por vías de financiación privada. Sólo en 2011 las entidades de crédito concedieron 275 millones de euros al total de los partidos políticos, un 20% más respecto de 2010. El TOP 3 de partidos que reciben donaciones entre 2009 y 2011 son (por este órden): PSOE, PSC y PP. De todos los procesos electorales celebrados fueron las elecciones locales de 2011 las que más dinero restaron a las arcas públicas (43 millones de Euros), un 50% más que las elecciones generales de 2008 y 2011 juntas.

Tristemente, el Tribunal de Cuentas es un órgano de fiscalización muy pobre tanto en recursos como en competencias y se sospecha que está fuertemente politizado: no deberíamos tomar “a pies juntillas” los datos de sus informes. Por una parte, los datos de financiación privada con lo que cuenta el Tribunal son aquellos que las formaciones políticas quieran mostrarles: el propio Tribunal se queja de no poder evaluar si los datos sobre préstamos son ciertos (incluso el Banco de España le deniega el acceso a los datos) o de incorrecciones en los datos presentados sobre donaciones: no aparecen en estos datos, por ejemplo, las donaciones sin declarar a las que refería Pablo Crespo en el anterior “Salvados”.

Más molesto es aún, si cabe, conocer que algunas formaciones políticas entregan de forma incompleta la información sobre económica de sus sedes locales y que el Tribunal declara tenerlo muy difícil para aplicar sanciones con la actual ley de Financiación de Partidos Políticos.

Sin verdaderos instrumentos independientes y capacitados para pedir responsabilidades fiscales a los partidos, el Tribunal de Cuentas seguirá sirviendo como parapeto para dirigentes políticos que se jactan de mantener al día sus obligaciones de transparencia de cuentas. Afortunadamente, colectivos sociales como Cuentas Claras están yendo más lejos que el propio Tribunal de Cuentas, presentándonos mecanismos de financiación ilegales y alertando sobre las deficiencias de la Ley de Financiación de Partidos o, como en esta ocasión, ayudándonos a comprender los informes del Tribunal de Cuentas. Sea la ciudadanía organizada la que demuestre su capacidad por pedir responsabilidades políticas en las calles y en las urnas.

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