El blindaje que ha impuesto la cúpula del PSOE de Andalucía en torno a Griñán para que no comparezca en el caso de los ERES fraudulentos llama poderosamente la atención. Los socialistas deben zanjar cualquier atisbo de duda en lugar de incrementar la nebulosa que ronda la Casa Rosa y descalificar públicamente a la Guardia Civil. Si realmente buscan llegar hasta el fondo, deben atender las peticiones de información que se solicitan. Todo lo contrario sería mimetizar el comportamiento oscurantista del Partido Popular.

Hasta ahora el PSOE de Andalucía ha sido prácticamente inmune al caso de los ERES irregulares. Reflejo de ello es que, pese a que tres altos cargos socialistas – Antonio Rivas, Antonio Fernández y Francisco Javier Guerrero- han sido imputados, el PSOE sigue en el gobierno andaluz. Políticamente, hasta ahora, no ha habido grandes consecuencias. Aunque todo puede variar en función de si se producen nuevos giros en la causa judicial.

La decisión anunciada por la número dos, Susana Díaz, en la que afirma que ni Chaves ni Griñán declararán en la futura comisión de investigación que se creará en el Parlamento Andaluz, es una maniobra muy lesiva para la imagen socialista. Ambos tienen responsabilidad en el caso por los cargos que ostentaban. El primero, por ser presidente mientras se producía la trama. El segundo, por ser consejero de Economía durante gran parte de la época dorada de los fondos de reptiles. Negar su responsabilidad es obviar la evidencia y esconderse de la opinión pública.

Los caprichos del destino han provocado que las comisiones de investigación y las comparecencias públicas estén en auge en todo el país. Todos los opositores reclaman explicaciones cuando algún asunto salpica al gobierno. El PSOE lo ha hecho en el Congreso con la Casa Real, el asunto Dívar o Bankia y ha sido muy crítico con la parquedad en palabras de los dirigentes populares en cuanto a sus trapos sucios. Ahora, el viento cambia de dirección y es el partido socialista en Andalucía el que pretende esconder de micrófonos y cámaras a dos de sus baluartes. Es el mejor ejemplo de la doble vara de medir en política.

Pero el PSOE se equivoca. La estrategia de ocultación está escogida en muy mal momento. Justamente ahora, cuando la Guardia Civil dirige las miradas de la investigación hacia arriba, es cuando el Gobierno debe ofrecer más garantías de transparencia. Es una contradicción que la Junta se persone como acusación en el caso de los ERES mientras su número uno evite declarar en una comisión de investigación sobre su gobierno. Aunque el presidente andaluz es muy inteligente y se ha desmarcado sutilmente de las declaraciones de Díaz. Griñán se ha envalentonado y se ha ofrecido para informar públicamente si los grupos parlamentarios así lo solicitan. Será un momento idóneo para comprobar la veracidad del programa de su socio de gobierno.

Izquierda Unida puede tener la llave que obligue a Griñán a una comparecencia pública. Hasta ahora, la coalición no ha impuesto ninguna condición y ha sabido moverse entre lo que supone formar parte de un gobierno y contentar a su electorado. Los votos de IU en el Parlamento, sumados a los previsibles del PP, instarían al presidente andaluz a declarar y evitar las contradicciones en la que el PSOE está inmerso. Comparecencias sí (en Madrid) y comparecencias no (en Sevilla). He ahí la cuestión.

@lexbalbuena

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Nació en Sevilla y pronto supo que lo suyo sería la comunicación. Es licenciado en Periodismo en la Universidad de Sevilla y Máster en Marketing Digital por la Universidad de Málaga. Especialista...