Entrevistamos a Ganaderas en Red, un colectivo de mujeres pastoras y ganaderas de todo el estado unidas en la defensa de las virtudes que unen mujer y ganadería extensiva. Ellas han ganado recientemente el Premio Extraordinario de Excelencia a la Innovación de Mujeres Rurales, otorgado por el Ministerio de Agricultura y Pesca. Pregunta.- En primer lugar, contadme qué es Ganaderas en Red, cuándo surge y por qué. Cuáles son sus objetivos. Respuesta.- El grupo empezó a gestarse a partir de una mesa redonda de mujeres ganaderas en la primera edición de Territorios Pastoreados en noviembre de 2015, en la que varias de las asistentes empezaron a pensar en la forma de unirse y hacerse oír. Este primer acto motivó un encuentro presencial en Madrid en noviembre de 2016. A través de un taller en el que participaron veinte ganaderas de todo el país (ahora son cerca de un centenar), se identificaron temas clave que unen a muchas mujeres ganaderas y pastoras: desde la invisibilidad social de su labor en el sostenimiento de un mundo rural vivo y productivo, al machismo y la falta de reconocimiento de su papel en el sector, o el pluriempleo por el trabajo en el campo, el hogar y a veces fuera de éste. Podemos decir que ese es el momento en que Ganaderas en Red empieza a existir y a definir su futuro como grupo. Las razones que nos movieron a juntarnos y nos motivan para participar en GeR son tan diferentes como somos cada una de nosotras, pero en general nos interesa conocer a otras mujeres ganaderas, saber más sobre distintos manejos, conocer a gente nueva que se acaba de incorporar a este mundo o quiere hacerlo y así mejorar la motivación de las que llevamos más tiempo. Muchas de nosotras nos sentíamos solas y no conocíamos a otras mujeres pastoras o ganaderas en nuestros entornos. Sin embargo, hay muchos temas que nos unen en nuestro papel como mujeres en la ganadería extensiva y que queremos poder hablar con otras mujeres: desde la invisibilidad y lo poco que se tiene en cuenta nuestra profesionalidad a la hora de tomar decisiones como vender o sanear, y de nuestras labores en la gestión de la explotación, a las consecuencias de que nuestro trabajo no se reconozca si no podemos ser titulares, o a las dificultades asociadas a la maternidad. Participamos en espacios que normalmente están ocupados por hombres pero en los que tenemos mucho que decir, que aportar y que reivindicar. Necesitamos una voz como mujeres ganaderas extensivas en los espacios donde se toman decisiones que luego nos afectan a nosotras. P.- Desde un punto de vista ecológico, ¿por qué es importante la ganadería extensiva? Diversas investigaciones demuestran el importante papel de la ganadería extensiva en la conservación de hábitats de gran importancia, muchos de los cuales están protegidos. La ganadería extensiva está reconocida como una herramienta clave para la sostenibilidad y el mantenimiento de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas, especialmente zonas  de montaña y áreas rurales. Algunos ejemplos son la contribución a la circulación de nutrientes (por ejemplo fertilizando los rastrojos en los que pastoreamos), la fijación de carbono en suelos o el transporte de semillas. En Andalucía hay una red en la que los pastores con sus rebaños cuidan de los cortafuegos como servicio público. La ganadería extensiva además es la que mantiene decenas de razas autóctonas con un valor inestimable, pues son las mejor adaptadas a cada entorno. Muchas de estas razas están en peligro de extinción y se conservan gracias a la ganadería extensiva, de hecho muchas de las Ganaderas en Red las tienen y ayudan a que no desaparezcan. A menudo, sobre todo en las zonas de montaña, los recursos que aprovecha el ganado no se podrían aprovechar de otra manera, así que es una forma de reciclaje. No hay que olvidar que algunos de los mayores problemas ambientales que tiene el planeta ahora mismo están causados por la ganadería intensiva, como la contaminación de los suelos y el agua con nitratos y antibióticos, o emisión de gases de efecto invernadero. La única manera de comer carne y lácteos de forma sostenible es si proviene de ganadería extensiva. P.- Está claro que hablamos de un sector muy masculinizado. Según estudios del IAM, casi el 30 por ciento de las mujeres que desarrollan alguna actividad laboral en el sector agroalimentario no cotiza en la Seguridad Social, y la mitad de las empresarias no se consideran como tales. Además, desde 2011 se han destruido 42.500 empleos femeninos en el campo. ¿Cómo creéis que puede cambiarse esta tendencia? R.- Parte del problema es esa concepción de que se trata de un sector masculinizado, cuando las mujeres hemos sido desde tiempo inmemorial y seguimos siendo responsables de decenas de tareas en el sistema agroalimentario, desde el campo a la mesa. Lo que ocurre es que a menudo sólo se reconocen y valoran social y económicamente los trabajos de los hombres: las cifras oficiales no reflejan más en que una ínfima parte el tiempo, el dinero, los conocimientos o las habilidades que dedicamos las mujeres al sector. El mundo rural y los pueblos vivos los sostenemos las mujeres. Para que esto cambie debe cambiar el machismo de la sociedad: los compradores, los maridos, los veterinarios, los técnicos, los sindicatos, los consumidores, los políticos… Cada uno tiene su parte de tarea. Incluso nosotras, que debemos hacernos oír y respetar. P.- Hablamos de un sector con dificultades en general pero, ¿son mayores estas dificultades por ser mujeres? ¿Y cuáles son los beneficios? R.- Depende mucho del contexto. Algunas compañeras dicen que precisamente por ser mujeres tienen todo el apoyo de su entorno familiar y profesional e incluso que se valora más su trabajo; otras, en cambio, sienten que incluso los piropos a nuestra fuerza, valentía, habilidad… "aún siendo mujeres", encubren de alguna manera la discriminación: ¿por qué por el simple hecho de ser mujer tiene que tener más o menos valor hacer una determinada tarea? Otro de los problemas más frecuentes es a la hora de vender los corderos, chotos, terneros… cuando, si surge una discrepancia en la negociación, recibimos menosprecios o solicitudes de hablar con el hombre. Se pone en duda nuestra profesionalidad constantemente. Pero en general, algo que muchas tenemos en común es el pluriempleo: la ganadería extensiva a menudo no da para mantener a la familia, así que cuando alguien debe trabajar fuera, esas somos nosotras. Pero el trabajo fuera no nos exime del trabajo diario o puntual de la ganadería, y tanto menos del trabajo en hogar que por desgracia, aún se comparte poco: ¡así que es muy habitual tener tres trabajos! A nivel público hay ayudas por ser mujeres pero a menudo son muy complejas de tramitar o implican unos compromisos que son poco realistas con la incertidumbre que manejamos. Además, la escasez de servicios públicos en el mundo rural hace que muchas tareas de cuidados de personas mayores y niños recaigan sobre nosotras sin ninguna ayuda. Somos quienes mantenemos los pueblos vivos pero la sociedad y la administración no lo reconocen. P.- ¿Cuál es la relación con otras asociaciones de mujeres como Confederación de Mujeres del Mundo Rural? Alguna de ellas nos ha contactado interesadas por nuestra actividad y por colaborar, precisamente como CERES. Por ahora estamos centrando energías en nuestra organización y nuestros objetivos, y no queremos vincularnos a ningún sindicato (estas organizaciones de mujeres están relacionadas cada una con uno) ni partido político (que también nos han contactado). Simplemente estamos intentando participar, en la medida de nuestras posibilidades, en todos los espacios donde quieren escucharnos. P.- Cambiando de tema, una de las cuestiones que llama la atención de vuestra red es la comunicación y el manejo de las redes sociales. Habéis roto el estereotipo por completo con vuestra actividad. El caso es que estos estereotipos están cambiando deprisa, pues en mundo rural ahora es ya muy habitual utilizar las redes sociales para dar a conocer nuestra actividad. En GeR además somos muy diversas así que ¡la que no se apaña con una cosa, se apaña con otra! Y poco a poco hemos abierto y estamos dinamizando cuentas en Instagram, Twitter y Facebook. Si los medios hablan poco de nosotros y la sociedad apenas nos ve, con las redes sociales tenemos el poder de mostrar nosotras mismas todo lo que queramos y como queramos: nuestro trabajo, nuestras dificultades, nuestros productos, nuestras aventuras, nuestras historias de vida como ganaderas y mujeres,… P.- Habéis hecho una versión propia y reivindicativa del Despacito ¿Como surgió la idea y que ha pasado desde que lo hicisteis? Hay una compañera, Arancha, que canta fenomenal y a veces nos mandaba algún tema cantado por ella mientras pastorea. Un día surgió la idea de hacer una versión nuestra de alguna canción pegadiza. Otra compañera, Charo, escribió la primera versión y se la pasó a Arancha. Cuando nos la mandó cantada alucinamos tanto que enseguida se formó un grupo para retocar y rematar la letra para que fuera lo más directa y reivindicativa posible. De ahí, Lucía, la hija de una compañera, se ofreció a grabarla profesionalmente. ¡Y allá que se plantó a grabarla en el campo entre ovejas! Todas enviamos videos de pastoreo, cantando o bailando y fotos que luego Lucía montó como el videoclip que está en YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=V_g0ircrqOM La verdad que ha sido un proceso muy bonito y emocionante pero ninguna se imaginaba que se haría viral como ha sucedido. En pocos días tenía más de 100.000 visualizaciones (ya va por más de 300.000 aunque en Facebook lo ha visto más gente porque lo colgaron en la página de FADEMUR…) y empezó la avalancha de medios de comunicación queriendo entrevistarnos. ¡Hasta nos han puesto publicidad aunque no estamos ganando ni un duro! Gracias al famoso Despacito – Mujeres al viento nos hemos dado a conocer ampliamente y se han incorporado muchas otras mujeres ganaderas. P.- ¿Cómo os han tratado los medios? ¿Habéis notado un tratamiento diferente por ser mujeres? En general han sido respetuosos y han mostrado mucho interés. Tan sólo en un programa de televisión pusieron la canción sin contar con la presencia de ninguna de nosotras para contextualizarlo, y lo comentaron entre risas y chascarrillos… También nos ha molestado en ocasiones que los medios de ámbito más local insisten en darle más protagonismo a las ganaderas de su zona, cuando se trata de un colectivo de escala estatal.
  Objetivos de Ganaderas en Red Los objetivos de esta asociación son los siguientes:
  • Visibilizar la profesión de las mujeres ganaderas, mujeres que han dado un paso adelante por la conservación del territorio y la dignidad social y económica.
  • Revalorizar a la mujer ganadera, alejarla de la visión errónea de analfabeta resignada, somos mujeres que hemos elegido nuestra profesión y espacio de vida y estamos orgullosas de ello.
  • Renovar nuestra autoestima y recordar que la que fijamos población en el mundo rural somos nosotras.
  • Innovar en el sector de la ganadería y de esta forma ser más competitivas.
  • Colaborar con otras personas para reforzar nuestro trabajo logrando explotaciones más eficientes y respetando nuestro papel.
  • Conocer y visitar otras experiencias de otras mujeres ganaderas en un aprendizaje y mejora continuos.
  • Crear nuevos canales para superar las limitaciones que suelen dificultar que las mujeres participemos en los ámbitos de reflexión, debate, y toma de decisiones.
  • Abordar los temas que nos afectan en concreto como mujeres.
  • Desarrollar una mirada de género en el manejo ganadero, poner en valor nuestro papel y reivindicar nuestras maneras.
  • Mostrar nuestras tierras, nuestras formas de hacer, compartir nuestras experiencias con otras mujeres a las que les puedan resultar útiles.

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