Aula de un colegio de / Archivo

Paula es una estudiante del Colegio Infanta Leonor de Tomares. Tiene 9 años, cursa 4º de Primaria y padece el Síndrome 22q11 que le provoca dificultades en el habla, cognitivas y una hipersesibilidad auditiva. Por eso su colegio ha adaptado las sillas de las aulas de una forma muy ingeniosa, evitando las molestias que le causa el ruido de las sillas al moverlas y rozar en el suelo. 

Gracias a la colaboración del Club de Tenis Zaudín, que ha donado cientos de pelotas, han podido cubrir las patas de las sillas. Una solución sencilla que ayudará a Paula a tener unas mejores condiciones de vida y que ha demostrado la solidaridad de sus profesores y compañeros.

Manuela Milán, su madre, explica en una carta que Paula sufre una de esas “enfermedades raras” que casi nadie conoce. «por la falta de un pequeño trozo del cromosoma 22». Pero Paula es una niña feliz, «una luchadora de la que estamos muy orgullosos».

«En este colegio Paula es una alumna más. Los niños que tienen dificultades necesitan colegios  y maestros inclusivos, con empatía, motivados y con ganas de trabajar por todos sus alumnos. Desde luego el Infanta Leonor es un colegio con estas características», afirman la madre, que asegura que «hacemos todo lo que está en nuestra mano por ayudarla para que cuando sea una persona adulta sea todo lo autónoma posible y tenga una vida plena dentro de sus posibilidades».

Así, Manuela, explica que «buscando información en internet sobre soluciones de aislamiento acústico, encontré que una forma de evitar ruidos en las aulas era colocar pelotas de tenis usadas en las patas de las sillas». Tras informase, habló con el maestro y tutor Miguel Jurado para ver si se podía hacer en la clase de Paula. «A los dos días tenía un saco lleno de pelotas de tenis que le regaló la Escuela de Tenis del Club Zaudín de Tomares, y llevamos a cabo esta iniciativa». El resultado ha sido «espectacular» y Paula está más tranquila en clase y con ella también el resto de compañeros, se benefician todos.

En los últimos meses Paula está sufriendo una pérdida grande de audición (50% en el oído derecho, 40% en el oído izquierdo), y estaba pasándolo realmente mal con el ruido ambiental que suele haber en una clase.

Su tutor, Miguel Jurado, asegura que «ser maestro es algo más que enseñar a sumar, a restar, a leer o a escribir. Todo esto es importante, pero más aún si cabe lo es la felicidad de un niña, su salud, el bienestar con su familia, empatizar con ellos; y por supuesto inculcarlo en mi alumnado».

Jurado conoció a Paula hace un año y conoció por primera vez el Síndrome 22q11.  «Sinceramente, lo desconocía y, automáticamente, me agobié, porque era un novato con un caso así. Fui conociéndola y vi que mi principal objetivo era conseguir que Paula diera todo lo que pudiese dar de sí misma».

Por su parte, la directora, Susana Domínguez, ha agradecido el empeño del tutor que «ve más allá cuando mira a su alumnado, a la familia de Paula por su entrega, entusiasmo, colaboración continua y esa sonrisa que siempre nos regala y a Paula que es un regalo para nuestro Centro».