La Policía Local de Alcalá de Guadaíra  ha llevado acabo este fin de semana la intervención de material pirotécnico que se vendía en un comercio sin autorización.

Los hechos ocurrieron cuando los agentes recibieron una llamada por parte de una vecina de la localidad una denunciaba que al parecer unos menores habían detonado un petardo de gran tamaño en un buzón ocasionado daños en el mismo.

Localizados los menores, informaron a los padres de los hechos ocurridos así como de las posibles consecuencias legales debido a la responsabilidad de ellos por los daños ocasionados.

Como consecuencia de estos hechos, la Policía realizó las gestiones para investigar la procedencia de los petardos, comprobándose la venta ilegal por parte de un establecimiento comercial sin licencia para la venta de este tipo de productos. Tras la inspección se procedió a denunciar a un comercio interviniendo 265 cajas de distintos artificios pirotécnicos: bengalas, petardos americanos, cohetes trueno, etc.

En este sentido, la Policía informa que la utilización de fuegos artificiales representa un riesgo para la salud debido a que su manipulación incorrecta puede ocasionar graves lesiones físicas, siendo las quemaduras las principales consecuencias. La parte del cuerpo que suele resultar más afectada por accidentes de pirotecnia son las manos, la cabeza y el rostro. Sin embargo, la práctica sin tomar las debidas  precauciones  también pueden generar problemas auditivos y daños oculares irreversibles.

La Policía recuerda que es muy importante en este sentido es la manipulación realizada por menores. Se debe tener en cuenta que según la edad, siempre mayores de 12 años, el tipo de pirotecnia que puede usar está limitado por su peligrosidad, por lo que se aconseja la supervisión de un mayor de edad .  Existen 4 categorías que indican si son de menos peligrosidad (categoría número 1) o de mayor (categoría 4).

Los locales autorizados recuerdan que sólo podrán vender las tres primeras categorías, ya que son artículos de baja o media peligrosidad que pueden ser utilizados por los consumidores en general, mientras que los de cuarta categoría son considerados de “alta peligrosidad “, y solo pueden ser manipulados por expertos y profesionales.
Los de la primera categoría son poco peligrosos y de ruido “insignificante” cuya edad mínima de adquisición es de 12 años; los de la segunda se autoriza su venta para los mayores de 16 años, son petardos un poco más potentes para tirar en zonas delimitadas, a una distancia de seguridad de ocho metros; y los de la tercera son artículos que sólo podrán venderse a los mayores de edad, estos deberán ser utilizados en una zona de gran superficie, a una distancia entre 8 y 15 metros.

Al mismo tiempo, recomiendan para un uso adecuado, no guardar material  pirotécnico en los bolsillos ni en la ropa, puede producir graves quemaduras, no  almacenar petardos en casa, tampoco junto a productos químicos, inflamables o sustancias peligrosas, no manipular los petardos ni extraer su contenido, ni lanzarlos contra las personas o animales entre otras precauciones.