Florencio Ordóñez en el estudio radiofónico de Radio Sevilla. SA

Con apenas cinco años su abuela Leocadia le regaló un pequeño transistor. Desde entonces, Florencio Ordóñez rara vez se separaba de la radio cuando había un programa deportivo. Sería en su estancia en el Monroy cuando decidiría ser periodista deportivo y pasar a ocupar el otro lado, el de comunicador detrás del micrófono radiofónico.Florencio Ordóñez se encarga de la información futbolística sevillana. Especialmente de la del Real Betis, desde hace 25 años, en el programa deportivo Libre y Directo de la SER.

–¿Tuvo algo que ver el deporte alcalareño en sus inicios?

–Claro, seguía al CD Alcalá. Recuerdo que me llevaron a ver algún partido en tiempos de Gallego. Además, tuve la suerte de estar dos años haciendo radio deportiva en Alcalá.

–¿Cómo fueron esos inicios?

–Comencé aún estando en la facultad en la extinta Antena 92, gracias a Antonio Ordóñez. Hacíamos programas deportivos y me sirvió para foguearme. Cubríamos partidos del Alcalá en casa con una especie de unidad móvil. Más tarde, la radio municipal, Radio Guadaíra, me fichó. Ya aquí hacíamos una programación muy seria. Yo me encargaba del programa diario de mediodía y Juan Fuentes del nocturno.

–¿Cuándo llegó a la SER?

–Fue en junio de 1989, cuando visité por primera vez Radio Sevilla, donde realizaban pruebas a periodistas. Yo por entonces ya tenía mucha soltura en el micrófono gracias a mi experiencia en la radio de Alcalá.

–En Libre y Directo siguen haciendo referencias al maestro Araujo, ¿qué ha sido para usted?

–Ha sido mi padre radiofónico. Desde mi primer día me ha influido. Precisamente fue él el que me hizo la prueba en Radio Sevilla. Aquel día teníamos que escribir a máquina y entrevistamos a un personaje que representaba él.

Araujo ha sido la persona con mayor poder comunicativo que he conocido. Le tengo un cariño tremendo, más del que él cree.

–¿Recuerda alguna retransmisión especial en Alcalá?

–En mis inicios en la SER recuerdo un histórico Alcalá-Real Betis, el año en el que el Betis consiguió su última copa del Rey. La primera eliminatoria fue en Alcalá en el Francisco Bono a partido único. El encuentro se prolongó hasta penaltis y entré en directo para toda España en Carrusel Deportivo.

–¿Cómo es su rutina laboral en el día a día de su informativo?

–En treinta años ha cambiado mucho. Al principio, íbamos a la redacción, cogíamos la grabadora y para los entrenamientos. En los últimos años, nuestra labor y capacidad se potencian en la redacción. No obstante, hay actos importantes, como por ejemplo la última rueda de prensa de despedida de Serra Ferrer, en los que el periodista tiene que estar siempre presente.

–¿Qué es lo más difícil de su trabajo?

–Hace 25 años era muy fácil poder entrevistar a jugadores. Todavía tenemos alguna entrevista, pero cada vez es más difícil. A veces incluso un periodista puede ser íntimo amigo de un jugador, pero si el club no da el permiso, no podemos entrevistarlo.

–Si tuviese que quedarse con la narración de un gol y una exclusiva, ¿cuáles serían?

–Me quedaría con la narración del gol de Rubén Castro en el último ascenso del Betis en 2015. Fue al Alcorcón y aquel gol aseguraba al equipo jugar la próxima temporada en primera. El jugador estaba muy certero y cuando cogió el balón en medio campo, yo empecé a narrar «canten conmigo, canten conmigo». La narración estaba inspirada en un gol a principios de los 90 de Polster, narrado por Araujo. Claro, el gol de Polster fue a puerta vacía. Yo, inspirado en esa narración del maestro, emulé el canten conmigo, el jugador no falló y el locutor quedó magníficamente anticipando el gol.

En cuanto a exclusiva, recuerdo cuando Maradona fichó por el Sevilla en 1992. Mi compañero Manolo Aguilar y yo pudimos entrevistarle desde Buenos Aires. Aquella entrevista llegó a Madrid, donde Paco González la emitió para toda España y nos puso por las nubes. Éramos dos chavales, yo de 23 años, y fue un orgullo entrevistar a Maradona y tener tanta repercusión.

–¿Puede suponer la cercanía un problema para la crítica del periodista?

–Por muy cercana que sea la persona, si uno no realiza esa crítica, no está siendo honesto consigo mismo y con su profesión de periodista. La independencia es una de las cualidades que debe tener un profesional. Hoy día, hay periodistas demasiado pegados al poder establecido.

Nosotros teníamos muy buena relación con Luis Aragonés, un tío íntegro y con el que incluso a veces almorzábamos. Con la confianza, una vez nos vimos en un vestuario de la ciudad deportiva del Betis, me cogió de la solapa y me recriminó que su mujer le dijo que le habíamos dado hasta en el cielo de la boca. Puede que llevase razón en que la crítica fue dura, pero tuvimos que hacerla. Afortunadamente, no era un hombre rencoroso y la relación se restableció sin problemas.

–Los periodistas deportivos tratan con ídolos de la sociedad. ¿Le ha sorprendido alguno especialmente?

–Bilardo. Era un señor cercanísimo. Es un hombre que llega al Sevilla después de ganar un mundial en México con Maradona. Un personaje que yo solo conocía por televisión y que era un ídolo para su país.

Recuerdo una anécdota en el año 93. Araujo y yo acompañamos a Bilardo a una charla que daba en servicios sociales. Íbamos en mi Seat Ibiza por Alcalá y cada vez que veía un crucifijo o una Iglesia se persignaba. Lo hizo al pasar por la Iglesia de San Sebastián.

–Araujo, Roberto Leal, Florencio Ordóñez. ¿Qué tiene Alcalá para crear estos referentes periodísticos?

–También incluyo ahí al Expo, Francisco Javier Maestre, enorme persona y gran profesional. Araujo tiene un don de gente extraordinario. He disfrutado mucho con él. Con Roberto Leal coincidí por primera vez el año pasado y desde entonces mantengo una buena relación. Tiene un gran gancho. Alcalá cuenta, sin duda, con exponentes periodísticos a nivel nacional.

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Apasionado del deporte, la cultura menos visible y siempre atento a la realidad social.