Elefante de la tumba de la Necrópolis de Carmona / SA

También ha aprobado la memoria final de las obras de restauración de la Muralla y el Mirador Almohade de Marchena

La Comisión Provincial de Patrimonio, dependiente de la Delegación Territorial de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía en Sevilla, presidida por el delegado territorial, José Manuel Girela, ha informado favorablemente acerca el proyecto de mantenimiento y conservación de la escultura del elefante que da nombre a la tumba homónima de la Necrópolis del Conjunto Arqueológico de Carmona.

La escultura, tallada en roca calcárea local, muestra una evidente disgregación de los morteros usados para adherir las patas delanteras y completar las traseras, cuya sustitución es lo pretendido en esta intervención, junto a otras tareas menores de mantenimiento y la limpieza mecánica de la escultura, además de sustituir los aditamentos de mortero empleados para unir las patas al cuerpo de la escultura, y de cuya originalidad hay sospecha fundada en que tras el hallazgo, la escultura ya puesta en su lugar carecía de las extremidades, lo que por otra parte demuestra el informe de la excavación firmado por Manuel Fernández López en 1905, donde se advierte de la localización de la escultura en el pozo de la tumba, pero nada refiere a que se se encontraran fragmentos de las mismas.

En todo caso, el criterio que adopta el Conjunto Arqueológico de Carmona en el proyecto consiste en intervenir lo menos posible, y mantener los fragmentos actualmente usados como patas porque forman parte de la imagen historiográfica de la escultura, de manera que la intervención se centrará exclusivamente en resanar los morteros que han perdido la capacidad de adherencia y sustituirlos por otros con igual proporción de cal y arena.

Muralla de la Alcazaba de Marchena

La Comisión de Patrimonio también ha informado favorablemente sobre la memoria final de la intervención de la Fase I de la Murallas de La Alcazaba de Marchena denominada Mirador Almohade, que tuvo un dilatado y complejo proceso de trabajo, sobre todo durante la fase previa más que en la propia ejecución de las obras, debido a la cautela arqueológica que la importancia monumental e histórica del elemento intervenido requería, y por la aplicación que una contrastada metodología de actuación exigían.

La finalización de las obras y la presentación de la memoria final se considera el cierre del proceso constructivo, y la culminación de la intervención metodológica que ha supuesto un notable incremento en el conocimiento que sobre este elemento patrimonial supone la correcta ejecución de un proceso de restauración, como es el caso, además de responder a lo expresado en el artículo 21.2 de la Ley 14/2007. Por tanto, con la documentación ahora presentada se asumen las modificaciones que se han producido en el desarrollo de las obras entendiendo que están plenamente justificadas.

El documento presentado da cuenta de que durante el trascurso de las obras de rehabilitación del Mirador Almohade se han originado algunas alteraciones sobre lo previsto en el proyecto, debido a la aparición de nuevos elementos constructivos hallados durante los trabajos arqueológicos. Así, los trabajos efectuados, entre otros, en la torre 1 y en los lienzos 2 y 4, han puesto de manifiesto un deterioro de la muralla mayor de lo esperado, lo que ha llevado a intervenir con mayor extensión para poder garantizar la seguridad estructural de los elementos más dañados que ha obligado a consolidarlos con un incremento inevitable del tiempo previsto en la intervención.

En los trabajos de movimiento de tierra aparecieron nuevos elementos de la muralla desconocidos hasta ahora como son, entre otros, una escalera del siglo XVI y torre Islámica que comunica la liza con el nivel de la Alcazaba, además de una segunda torre de traza medieval-cristiana, oculta bajo rellenos posteriores. Debido a la importancia del hallazgo desde el punto de vista arqueológico, se decidió ampliar dichas excavaciones para completar y documentar su alcance e importancia.