EL Hospital Virgen de Valme/ Wikimedia Commons

La juez de Instrucción número 1 de Sevilla, María Elvira Alberola Mateos, que instruye la causa abierta por el accidente mortal registrado en el Hospital Virgen de Valme el pasado 20 de agosto de 2017 por el que falleció la joven Rocío Cortés cuando era trasladada en camilla en un ascensor tras dar a luz a su tercer hijo, ha citado en calidad de investigado al celador que transportaba a la víctima en el momento de los hechos.

En una providencia, la magistrada manda tomar declaración el próximo 18 de junio como investigado a A.J.F.G. en esta causa, en la que ya se encuentra como investigado F.C.D., el operario de la empresa de ascensores Orona encargada del mantenimiento de los ascensores del Hospital, quien declaró ante la juez el 18 de enero de este año, tras recibir la instructora el oficio del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, y negó «intervención o manipulación» alguna por su parte que provocara el movimiento del elevador.

Aquel día, los técnicos de Atisae ratificaron ante la juez el informe pericial elaborado por esta empresa, que descarta que «un fallo técnico, mecánico o electrónico» motivara el movimiento vertical del elevador. En este sentido, el letrado de la familia, José María Núñez, indicó a los medios que los peritos «no le dan una explicación técnica al movimiento del ascensor y que éste se moviera con la puerta abierta», apuntando a «una intervención humana».

En el atestado policial, fechado el 11 octubre de 2017, y al que ha tenido acceso Europa Press, los agentes concluyen que, «tras haberse descartado los fallos mecánicos, eléctricos y electrónicos del ascensor (…), la única hipótesis factible de la causa del fatal accidente es un fallo humano producido por una manipulación incorrecta del ascensorista».

Al hilo, los agentes señalan que, en su declaración policial, este operario manifestó que sobre las 14,30 horas del 20 de agosto se encontraba en su oficina del centro hospitalario y, tras recibir la llamada de la centralita del hospital indicando que un ascensor se encontraba bloqueado, se dirigió a la sala de máquinas, ubicada a 5,77 metros de la oficina. Cuando se encontraba frente a los cuadros de mando, «antes de que le diese tiempo a manipularlos, escuchó un fuerte ruido que le extrañó», por lo que «bajó corriendo a ver qué había ocurrido, encontrándose en la segunda planta del hospital con la víctima atrapada entre las puertas del ascensor», indica la Policía.

José María Núñez, sobre la declaración del ascensorista, señaló a los medios que el operario ha asegurado «que no tiene intervención alguna en los hechos» y ha explicado que el día 20 de agosto se encuentra «en su cuarto técnico de control cuando recibió el aviso del siniestro e interviene en la maniobra de rescate de la víctima». Además, según el abogado de la familia de la fallecida, el ascensorista en su declaración «niega toda intervención suya propiciadora del siniestro, esto es, no manipula el aparato, no libera el freno de mano, no puentea el circuito del ascensor para que se eleve verticalmente».