El Tribunal Supremo concede una herencia de más de dos millones de euros para un camarero utrerano que nunca fue reconocido por su padre.
La Sala de lo Civil del Tribunal Supremo ha declarado firme la sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla que acordaba que un camarero de 60 años de edad que no fue reconocido por su padre, natural de Utrera, pueda recibir una herencia millonaria, valorada en más de dos millones de euros, tras declarar inadmisible el recurso de casación presentado contra la citada sentencia.
El demandante nació fuera del matrimonio tras la relación entre su padre y una trabajadora del hogar ejercía en su casa. El abogado del camarero, Fernando Osuna, expuso en declaraciones a agencias, que «los familiares adinerados, con mala fe, destruyeron los restos óseos que estaban enterrados en el cementerio para evitar la prueba del ADN porque temían que diera positiva, mientras que «tampoco se presentaron» en el Instituto de Toxicología de Sevilla para comparar su ADN con el de su cliente».
El padre del camarero murió hace 15 años, y durante su vida se negó a reconocerlo como su hijo ni a ayudarle económicamente, según el abogado especialista en conflictos de herencia.
El hombre que recibirá la herencia se tuvo que mudar a Baleares para trabajar como camarero y en estos momentos vive en Palma de Mallorca. Según el abogado la herencia la compone, al menos una finca rústica y varias viviendas. «Puede que haya más patrimonio oculto» ha apuntado Osuna».
La Audiencia, entonces, rechazó el recurso de los hermanos de su cliente contra la sentencia de un Juzgado de Utrera que, tras cinco años de juicio, reconoció la condición de hijo biológico a este camarero.
La juez del caso destacó el «extraordinario parecido físico» existente entre el camarero y los hijos reconocidos del fallecido y añadió que sus propios «hermanastros» tuvieron una actitud «de obstrucción» manteniendo la negativa a hacerse las pruebas de ADN.