Se busca evitar que las anunciadas lluvias de esta semana empeoren la situación. Junto a estas tareas, continúan los trabajos de construcción de un muro de contención.

Sevilla Actualidad. En la localidad sevillana de Écija, las fiestas no han dado una tregua y continúan los trabajos de limpieza del caudal del Argamasilla. De esta forma, y paralelamente a los controles del caudal del arroyo para evitar inundaciones que se realizan desde hace una semana, se está actuando directamente en la limpieza completa del cauce soterrado del arroyo, pues las partes que ya se habían limpiado antes de las lluvias vuelven a estar sucias tras las últimas precipitaciones y anegaciones.

En estos momentos hay cinco catas de comprobación de obstrucciones abiertas, de las que se están retirando grava y sedimentos. Se van a abrir dos catas más. Todas estas catas se están realizando en los lugares donde los técnicos creen que pueden estar los ‘puntos negros’ o atascos. Las catas las realiza la empresa FCC junto con operarios municipales, y utilizan seis camiones de extracción de lodos y piedras.

Asimismo, mañana desde las 09:00 horas se realizará una limpieza del cauce del arroyo que discurre entre el IES San Fulgencio y hasta la desembocadura en el Genil. Se pretende dejar libre el cauce de lodos, grava y sedimentos.

Por otra parte, técnicos de Egmasa y de las empresas que construyen el desvío del arroyo Argamasilla, la UTE Ferrovial-GEA 21, así como operarios municipales, prosiguen con las obras de consolidación de un muro de control en la cabecera del arroyo que sirva para retener el agua y controlar su fuerza. El objetivo principal de esta medida preventiva de urgencia y provisional es contener el agua del Argamasilla antes de llegar a la embocadura en la que entra soterrado por debajo de la ciudad, y evitar así nuevos desbordamientos del arroyo.

Este muro tendrá, una vez terminado la semana que viene, una capacidad de almacenamiento de aproximadamente 35.000 metros cúbicos, y sirve para controlar el caudal de entrada de agua, para que sólo se introduzca lo que el encauzamiento es capaz de evacuar al Genil. Esta medida se ve reforzada con dos puntos más de control ya finalizados: una escollera en el ojo de la carretera de circunvalación, que también retiene el agua; y la propia embocadura del cauce soterrado del arroyo, donde se ha realizado una limpieza total de los residuos que trae el agua y donde se ha reconstruido la propia embocadura, pues estaba muy deteriorada tras las últimas inundaciones. Asimismo, una compuerta de control manual permite la entrada en mayor o menor medida del agua al cauce soterrado.

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Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, empezó en la comunicación local y actualmente trabaja para laSexta. Máster en Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación, es miembro...