Bosé hizo las delicias de fans de toda la vida y de nuevas generaciones

Por el numeroso público que disfrutó de la música del artista y por los grados del mercurio. El municipio sevillano de Marchena recibió de manera calurosa a Miguel Bosé, cuyos fans, impacientes, se agolpaban a las puertas de las pistas de atletismo marcheneras desde las 06:00 horas.

Sevilla Actualidad. Prometía y no dejó indiferente a nadie. Sobre el escenario, Miguel Bosé desgranando los mejor de su estética, su ética y su polémica ambigüedad, esa que le rodea desde sus inicios y que sabe gestionar de forma rentable.

La generación Bosé, esa que va desde los 25 a los 50 años, y que ha ido sumando adeptos conforme pasaba el tiempo, se reunió en la noche del sábado procedente de muchos lugares de la geografía andaluza, en un rito generacional, en torno a su ídolo. Un mito, que sí, está más vivo que nunca, y sí, sigue coleando.

Miguel Bosé interpretó temas de su trayectoria musical y de su último trabajo, CardioTras el concierto muy buen sabor de boca, despejando dudas sobre las cualidades del mito, sin incidentes destacables, gracias a la puesta en marcha de un ingente operativo de seguridad pública y privada, con la colaboración de Cruz Roja, Guardia Civil de tráfico, Policía Local, Seguridad Privada, voluntarios. El momento de mayor aglomeración de tráfico, fue la salida en torno a la 1:30 horas de la noche que desencadenó un éxodo masivo hacia Sevilla, solventado con la estratégica ubicación de agentes de policía en los nudos de comunicación que despejaron la situación sin problemas.

El mito, con aire taurinos de ascendencia paterna y cinematográficos por línea italiana materna, algunos de cuyos familiares se encontraba ayer entre el público, llegó a Marchena en torno a las 21:00 horas, en una furgoneta negra de cristales tintados, justo a tiempo para la prueba de sonido. Bosé apareció sobre el escenario con camiseta y vaqueros procedente de Madrid vía Sevilla y no se dejó fotografiar, por aquello de mantener el glamour del mito. Luego pasó a la zona de vestuarios de las pistas de atletismo donde le esperaban las autoridades locales, para hacerse la foto de rigor con autoridades y fans.

Sobriedad y elegancia en la puesta en escena donde el protagonismo fue para el juego de tres pantallas móviles que proyectaba imágenes alusivas a cada canción, junto con las coreografías y movimientos del mito, su salida a escena con una bata y los movimientos personales. En lo musical, el público esperaba las canciones clásicas, sólo sus fans más acérrimos podían corear las canciones del último disco, Cardio, que bucea en la línea de los grandes de la escena internacional, mezclar la electrónica, con la batería y la guitarra.

El espectáculo continuó en la calle

En la calle, aire de fiesta grande. Sí, es verdad que había gente esperando en las pistas de atletismo desde las 06:00 horas. Estaban los primeros de la fila para entrar antes de abrir las puertas. Era un familia de Sevilla, María Rosa, hizo de portavoz, «nos gusta salir tempranito a los conciertos» y se confiesa fan de Bosé desde sus inicios. Lo peor fue soportar los 40 grados bajo una sombrilla a las 15:00 horas y sin dejar el puesto para no perderlo, estando a pocos metros de una piscina pública. Este año han visto tres conciertos y de la gira Papito fueron a ocho conciertos.

Algunos marcheneros hicieron cola para el concierto desde las 6 de la mañana«Al principio no tenía dinero para ir a sus conciertos pero desde el 90 voy a muchos sitios». Una vez abiertas las puertas cumplieron el rito de correr hasta la primera fila. El mito requiere de sus sacrificios. «Al principio pensé que con Cardio se le había ido la cabeza, por las canciones, pero el trasfondo es bueno, una vez que la entiendes, las haces tuyas».

Otro de los ritos del fan, santificar el mito. El público femenino, mayoritario, a pesar de que «mucha esperanza no hay», sin embargo María Rosa, defiende, «eso lo dices tú», -surge la polémica- pero en realidad «no nos importa», dice finalmente: «yo nada más que me acuesto con mi marido» y su amiga soltera añade, «pues yo si tuviera marido también me lo pensaría».

Durante el concierto, las azoteas de los edificios vecinos, chalés en construcción o bloques de pisos de la Alameda, se convierten en fiestas improvisadas con gente bailando y pasándolo bien, como improvisados cines de verano: en varios kilómetros a la redonda llega el sonido del evento a la perfección, lo mejor que podía hacerse es sumarse a la fiesta.

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Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, empezó en la comunicación local y actualmente trabaja para laSexta. Máster en Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación, es miembro...