Los dos aventureros recorrerán en moto más de 25.000 kilómetros

Un alicantino y un granadino recorrerán en moto los más de 25.000 kilómetros que separan Coria del Río de Japón. Tardarán más de tres meses en llegar, pero los aventureros pretenden recordar un viaje que se produjo hace cientos de años en el sentido inverso.

Antonio Campos/Sevilla Actualidad. “Son dos españoles, un alicantino y un granadino, que van en moto…”. Podría ser el comienzo de cualquier chiste español, pero no, no lo es. Han salido –lo hicieron ayer- de Coria del Río. Tras parar a repostar en una gasolinera del municipio sevillano, tocaba comenzar el reto: ir de Sevilla a Japón en moto. Sí, en moto.

Para lograrlo, los aventureros pasarán por hasta 13 países. Atravesarán Rusia y Mongola, e incluso las montañas del Altai y el desierto del Gobi.

Pero, ¿cuál es la historia detrás de todo esto? La pareja busca rememorar un viaje que se produjo hace cientos de años y que tiene como intención, además de un reto y una aventura deportiva, estrechar lazos entre dos culturas milenarias.

Así, los dos aventureros llevarán presentes a la ciudad de Sendai varios “amuletos”,  como un pergamino, tierra de Coria del Río e incluso agua del Guadalquivir, además de varias publicaciones sobre la relación entre el municipio ribereño y el país nipón.

Y es que, las relaciones entre el pueblo de Coria del Río y el pueblo Nipón se remontan al S. XVII cuando una expedición, dirigida por el samurai Hasekura Tsunenaga, llegó a Coria del Río. El propósito de esta expedición era visitar al Papa en Roma y obtener apoyo político y religioso para los japoneses convertidos al cristianismo, al mismo tiempo que establecer contactos comerciales. La expedición partió de Sendai, al norte de la mayor isla del archipiélago japonés, en primer lugar con destino a México para después, hacer escala en el rico puerto fluvial del Guadalquivir en Coria, antes de salir hacia Italia. De este modo, los japoneses pretendían conocer la ruta a Nueva España como posible ruta comercial.  

Tras ser recibidos por las autoridades relevantes de esta localidad y de la ciudad de Sevilla, Hasekura partió hacia la capital, donde sería recibido por el rey Felipe III, antes de continuar su viaje y regresar finalmente a Japón. Por el contrario, algunos de los japoneses de Hasekura, sabiendo de la persecución del Cristianismo y cierre de las fronteras japonesas, decidieron quedarse a vivir en Sevilla y profesar sin peligro su religión. La huella de la estancia nipona en Coria fue una nueva descendencia que llenó las calles de este lugar. Las primeras noticias en torno a ella aparecieron a mediados del siglo XVII en el registro bautismal de la Parroquia de Santa María de la Estrella, donde se encontró la partida bautismal de un niño que llevaba por apellido Japón, hijo de uno de los japoneses miembros de la tripulación de Haseka.

Hoy, en pleno siglo XXI, ambos aventureros saben que la campaña no es nada sencilla. Por delante, tres meses y casi 25.000 kilómetros. Esto, siempre y cuando el GPS no les juegue una mala pasada. Si no, habrán de ingeniárselas para dialogar en la lengua nipona y hacer saber que buscan “girar la primera a la izquierda, seguir frente por frente y torcer a mano derecha”. Indicaciones muy castellanas –e, incluso, muy andaluzas- que, a buen seguro, de nada le servirán en la travesía.

¿La gesta está en los aventurados españoles o, más bien, en la moto que les llevará? Sea como fuere, parece que la gesta está, ya de por sí, en la hazaña.

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Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, empezó en la comunicación local y actualmente trabaja para laSexta. Máster en Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación, es miembro...