La Policía Nacional ha detenido en Carmona a un hombre especializado en la comisión de estafas amorosas. El arrestado contactaba con las víctimas (mujeres de 60 a 70 años, separadas o viudas) a través de redes sociales y aplicaciones para encontrar pareja, y se presentaba como capitán de la Guardia Civil jubilado para ganarse su confianza. Les hacía creer que poseía una yeguada y que trabajaba como ingeniero agrónomo en una empresa de Huelva. Por otra parte, al inicio de la relación no dudaba en invitarlas a comidas y cenas, ostentando una buena posición económica y social. Con estas formas de engaño, las mujeres accedieran a darle dinero o joyas con total confianza, desapareciendo después sin dejar rastro.

Las pesquisas se iniciaron a raíz de la emisión de una reclamación judicial de detención e ingreso en prisión sobre un hombre que habría estafado a numerosas mujeres por todo el territorio nacional. Asimismo, los agentes comprobaron que a este individuo le constaban ocho reclamaciones judiciales más por diferentes juzgados de España, todas ellas por estafa.

Engañaba a las víctimas para que le entregaran dinero o joyas y desaparecía sin dejar rastro

Una vez que se había ganado la confianza de sus víctimas comenzaba el engaño. Uno de los fraudes a mujeres consistía en convencerlas de que, gracias a su condición de guardia civil jubilado, conocía a muchas personas influyentes y podía conseguir coches en las subastas que realizaba el cuerpo policial. Con el pretexto de que solo podía acudir él a la venta, les pedía el dinero por adelantado y las mujeres accedían. Pasado un tiempo prudencial las víctimas le preguntaban por el vehículo y por su dinero, a lo que él respondía con evasivas para, finalmente, desaparecer sin dejar rastro.

Otro de los engaños, y utilizando nuevamente su dilatada experiencia profesional en el mundo delictivo como señuelo, consistía en convencer a las víctimas de la necesidad de insertar un chip a sus joyas para prevenir un posible robo de las mismas. Además, les decía que conocía a un joyero de su confianza, por lo que accedían a entregarle sus joyas. Sin embargo, él volvía a dar evasivas y a desaparecer cuando, pasado el tiempo, las mujeres preguntaban por éstas.

Al detenido le constaban casi una decena de reclamaciones por juzgados de diferentes provincias y finalmente, los agentes lo han detenido en el municipio sevillano de Carmona decretando la autoridad judicial su ingreso en prisión.