Miguel Blanca Fuentes es un vecino de Arahal de 76 años. Está enfermo y cada semana va y viene al médico por lo que está pendiente cada día de la llegada del cartero con alguna cita en este sentido. El pasado 13 de junio recibió una carta que lo dejó paralizado. La Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación le pedía la actualización de datos de su hija Rosa María Blanca fallecida hace 36 años, exactamente el 16 de octubre de 1985.

Miguel no se atrevió ni a abrir la carta. Sólo se preguntaba cuál sería la razón de este envío. Esperó que llegara su hija Ángeles, que vive con el matrimonio y los cuida. «Cuando vi el nombre de mi hermana, me quedé helada y cuando abrí la carta fue peor todavía», dice Ángeles.

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