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La iniciativa de un vecino de Los Palacios implica a la Hermandad del Gran Poder y a voluntarios en el reparto de mantas, ropa, viandas y bebidas calientes a personas que duermen en las calles de la capital hispalense. 

Pasó la Navidad y con ella la solidaridad impostada. Pasó la ola de frío, sin que los grados de más abriguen en la noche. Los sin techos, personas sin hogar a quienes la vida les cobra caro sus errores, pernoctan en los cajeros automáticos de los bancos, una metáfora cruel del capitalismo más salvaje.

“Reconozco que he tenido la culpa de todo, he sido alcohólico. Ya no. Soy de un pueblo de Sevilla. Mi mujer no aguantó más y ahora estoy en la calle. No quiero ser una carga para mis hijos ni para mi madre”, explica una de esas personas que el sábado recibió ropa, mantas, algo de comida y bebidas calientes para soportar la calle, en la que sólo lleva una semana. Un drama de tantos.

Son más de una veintena de personas las que cada jueves reciben la ayuda y el afecto de Pedro Joaquín Fernández de Ulloa Molina, un vecino de Los Palacios que a nivel particular lleva meses ayudando a personas que viven en las calles de la capital. A oídos de la Hermandad del Gran Poder de Los Palacios llegó la iniciativa solidaria Pedro Joaquín. No tardaron en contactar y en la Diputación de Caridad de la Hermandad comenzaron a organizar la expedición a la que más tarde se unieron voluntarios de otras organizaciones como Vospa, la asociación de Voluntarios Solidarios Palaciegos, que desde hace años también  ayuda a cientos de personas necesitadas en el pueblo.

Comenzaron el reparto en la Plaza Nueva de Sevilla y de ahí a recorrer calles del centro. Pedro Joaquín conoce a casi todos, no es la primera vez que los ayuda y conversa con ellos. Sabe la historia que hay detrás de cada persona. Los llama por su nombre. Algunos están dormidos, se despiertan y agradecen el caldo y el café caliente. Han llegado a estar a 0 grados hace una semana, ahora las temperaturas no son noticia, pero la noche sigue siendo fría.

Los voluntarios de la Hermandad regresan a Los Palacios tras cuatro horas pateando calles. “Me impactó ver como un matrimonio adinerado, con abrigos de los caros, entraba en uno de los cajeros a sacar dinero mientras atendíamos a un sin techo. Los miró con desprecio”, afirmó una de las voluntarias. «La experiencia ha sido satisfactoria, nos gustaría volver a repetir», concluyó. 

Licenciado en Periodismo. Actualmente en Sevilla Actualidad y La Voz de Alcalá. Antes en Localia TV y El Correo de Andalucía.