ayuntamiento rinconada

El municipio figura después de ocho años de crisis entre los más saneados de España, no debe nada a los bancos ni a empleados públicos y paga a 25 días de media a los proveedores. 

El Ayuntamiento de La Rinconada cierra su ejercicio económico del año 2015 con un estado de deuda 0. El alcalde, Javier Fernández ha explicado que “son cuentas saneadas y equilibradas, no debemos nada a bancos ni empleados públicos, pagando de media a 25 días a nuestros proveedores y, lo más importante, con un ambicioso programa social y de inversiones”.

La responsable municipal de Economía, Raquel Vega destaca que “llevamos ocho años con deuda 0 con los bancos, lo que significa que el Ayuntamiento a día de hoy no tiene préstamos ni a corto ni a largo plazo, o lo que es lo mismo, que la carga financiera por habitantes es de 0 euros, cuando la media nacional está cercana a los 1.000 euros por habitante en un conjunto de más de 8.000 pueblos”. Esto es importante, sobre todo, “porque La Rinconada destina a política social y servicios lo que no destina a gasto de intereses o devolución de deuda”.

En este sentido, continúa, “la gestión para que la deuda sea 0, el cumplimiento de la Ley de Morosidad y la no existencia de planes de ajustes ha permitido una acción inversora pública clave en estos años para dinamizar el municipio, modernizarlo y generar oportunidades”. Sin embargo, el aspecto del que el primer edil se muestra más orgulloso, sin duda, es la política social: “Si por algo se puede diferenciar La Rinconada y subrayar en lo que somos distintos es en la bandera social, esto es, ser un dique de contención para que las familias y personas en situación más vulnerable puedan tener apoyo de su municipio”.

Un aspecto fundamental es que el Ayuntamiento quiere consolidar que la eficiencia sea un valor de la cultura organizativa, poniendo en marcha proyectos para la optimización de costes, planes de ahorro energético y en definitiva, austeridad en el gasto no prioritario. Lo indican reducciones medias al 50% en partidas como publicidad, protocolo, desplazamientos o material de oficina para priorizar en “lo que entendemos es más importante y debe ser reforzado”, resume la concejala Raquel Vega.

Para conseguir este equilibrio, la delegada de Economía alude a la “adecuada dimensión de plantilla y cumplimiento de valores de equilibrio. No se destinaron en tiempos de bonanza ingresos procedentes de la construcción a gastos de estructura imposibles de mantener en época de crisis”.