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Las causas o motivos de las agresiones registradas se deben en su mayoría por discrepancias en la atención médica, por el tiempo en ser atendido y por no recetar las propuestas del paciente.

En un comunicado, el Colegio de Médicos asegura que trabaja «de forma constante», desde hace más de una década, «en afrontar esta lacra que por desgracia va en aumento». También señala que desde la corporación se intenta dar respuesta y soluciones con el protocolo de actuación que se activa desde el mismo momento que se produce la agresión.

En el año 2014 se han producido en Sevilla y provincia, tramitadas a través del protocolo de actuación del Colegio, 27  agresiones a médicos, 15 de ellas a mujeres y 4  se han producido en centros hospitalarios privados, el resto en centros públicos. Dónde más acciones de violencia se han producido ha sido en  las consultas de Atención Primaria y en urgencias Extrahospitalarias. También cabe resaltar que el mayor número de agresiones las llevan a cabo los pacientes o algún familiar.

Las causas o motivos de las agresiones registradas se deben en su mayoría por discrepancias en la atención médica, por el tiempo en ser atendido y por no recetar las propuestas del paciente, entre otras causas. En 5 de las agresiones los médicos han resultado con lesiones, 7 han tenido que pedir la baja laboral y 12 de los casos han terminado en el juzgado.

Con todos estos datos se ha observado un incremento en el número de agresiones, mientras que en el año 2013 se contabilizaron 19, en el 2014 fueron 27 y en lo que llevamos de 2015 ya se tienen registradas siete agresiones. Esta progresión va en aumento por lo que desde el Colegio de Médicos se mantendrá la lucha, denunciando y concienciando a la sociedad de que  con  violencia no se solucionan los problemas asistenciales.

Además, el Colegio de Medicos de Sevilla solicita el «apoyo» de todas las instituciones y administraciones implicadas y reivindica la «reforma» del Código Penal para considerar al médico autoridad pública, que se pongan medidas de seguridad disuasorias, por lo menos en los centros asistenciales más conflictivos y animar a todos los colegiados a denunciar cualquier tipo de agresión, verbal o física. «Mantenemos nuestro lema ‘contra las agresiones tolerancia cero'», concluye.