Los vecinos alertan de la aparición de centenares de peces muertos en el embalse de La Marciega, en Castilblanco de los Arroyos, que puntualmente abastece al municipio. 

Una sábana de peces muertos cubre las aguas del embalse de La Marciega de Castilblanco. La voz de alerta la han dado los propios vecinos cuando este fin de semana se acercaron a la finca donde se encuentra este embalse de escasa capacidad con el que puntualmente se ha abastecido a los hogares del municipio. En las redes, las fotografías que muestran a los peces muertos, publicadas en la página Colectivo Viar, son objeto de debate entre los vecinos, que demandan una explicación de lo que está ocurriendo en estas instalaciones municipales.

En noviembre de 2009 la escasez de recursos hídricos del embalse de Los Molinos dejó una estampa que explicaba el mal olor y sabor del líquido que salía de sus grifos, e hizo mella en el imaginario de los vecinos: una vaca en estado de descomposición junto a las charcas donde se acumulaba, entre cieno y restos de peces, el escaso líquido elemento del lugar que debía abastecer a la población. Forzados por las circunstancias, desde el Ayuntamiento de Castilblanco se activaron los sistemas de depuración del embalse de La Marciega que hasta hacía 23 años había venido abasteciendo a la población, con el propósito de garantizar el servicio hasta la llegada de las lluvias.

Los problemas de abastecimiento de aguas son cíclicos en este municipio donde el 80% de la población no consume el agua que sale del grifo, como reconocieron desde el equipo de Gobierno en febrero de 2011, cuando tuvo lugar la última crisis. El Ayuntamiento decretó «la prohibición de beber y usar para las comidas el agua procedente de la red de abastecimiento» debido a la «alta concentración de aluminio» que se concentraba en las aguas procedentes del embalse de Los Molinos. Lo que en 2011 ocurriese lo desconocen los vecinos, debido a que la administración municipal no llegó a hacer públicos los informes que el personal técnico de Emasesa y la Delegación Provincial de Medio Ambiente hicieron al agua, y por tanto los motivos de aquella contaminación del agua de la red de abastecimiento local son tres años después una incógnita.

La Marciega es un embalse construido en 1972 que no logró solventar los problemas de agua de Castilblanco. En los últimos años, ha servido de sede al Club de Pesca, gracias a un convenio con el Ayuntamiento. Después de la sequía sufrida en 1983, se iniciaron las gestiones para la construcción de un nuevo embalse, Los Molinos, en la Ribera de Cala, para dar respuesta a las necesidades de la creciente población del municipio. Las aguas desde la nueva presa, con una capacidad de 0,8 hectómetros cúbicos, llegaron por fin en 1986. Este hecho se celebró con una improvisada batalla de agua en la Plaza Amarilla: surgía así la primera Fiesta del Agua que cada año abre los festejos estivales en esta localidad de la Sierra Norte de Sevilla.

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