El Ayuntamiento de Lora del Río, a través de la Concejalía de Patrimonio, presenta la primera valoración, realizada por el equipo arqueológico, de la primera fase del proyecto de consolidación, restauración y puesta en valor de la muralla norte del Castillo de Lora del Río.

El proyecto persigue como objetivo general recuperar la zona donde se localiza el recinto fortificado, actualmente degradada por la presencia de viviendas marginales y escombreras, a lo que ha de sumarse el estado ruinoso del recinto andalusí, dotando la zona de un espacio urbanizado en torno a los restos conservados en el flanco norte del castillo, que se recupera así para el pueblo y disfrute de visitantes.

De esta manera, entre las acciones que se desarrollan en la actualidad, se destacan las limpiezas manuales y consolidaciones de los lienzos, así como la restitución con tapial de las aristas y pérdidas más significativas, conforme a los criterios de restauración más respetuosos con el BIC.

En este sentido, las nuevas fábricas se acometen siguiendo el sistema tradicional de encofrado de tapia, tal y como se hizo en su día para erigir el recinto amurallado almohade. La empresa constructora adjudicataria de las obras es Alberto Domínguez Blanco Restauración Monumentos, S.A., especializada en la rehabilitación de inmuebles históricos.

Gracias a esta actuación arqueológica en el Castillo de Lora del Río, se está realizando una investigación y análisis arqueológico de las estructuras emergentes, pasando por la excavación de dos sondeos manuales que permitan auscultar la riqueza estratigráfica del sitio, para destacar la importancia de este enclave arqueológico.

Los trabajos arqueológicos llevados a cabo, dirigidos por Mª Rosa Gil Gutiérrez y coordinados por Florentino Pozo Blázquez, han confirmado la espectacular secuencia arqueológica del yacimiento.

Sondeos

En el sondeo 1, localizado extramuros, a los pies de la muralla almohade, se han documentado restos de una posible estructura defensiva turdetana realizada con mampostería, datada, según los indicios actuales, en el siglo IV a. C., que podría conformar parte de un oppidum ibérico, localizado bajo el recinto andalusí. Entre los materiales exhumados se han localizado cerámicas ibéricas de gran calidad, así como material púnico y romano de procedencia gálica, entre otros que denotan la importancia del enclave como lugar de control del territorio desde tiempos remotos.

En el sondeo 2, localizado en el interior de la torre-puerta, que conformaría el acceso principal al recinto, por el momento, se ha profundizado 2 metros y la estratigrafía aún se encuentra en momentos cristianos (siglos XIV-XV), cuando el castillo se encontraba bajo el dominio de la Orden de San Juan de Jerusalén, aunque es posible aventurar, a simple vista en el escarpe de la ladera, otros dos metros más de potencia arqueológica hasta alcanzar el nivel de suelo almohade, situado más abajo. Aún más profundo se advierte otro nivel de pavimento anterior, probablemente de origen califal (S. X).

Fortaleza andalusí

La continuidad de los trabajos en ambos sondeos determinará los orígenes y tipología del asentamiento humano en la zona o la distribución de la torre principal de la fortaleza andalusí que, a día de hoy, ya ha constatado arqueológicamente que controlaba el acceso al recinto mediante un doble recodo.

Se prevé también realizar ensayos para caracterizar los tapiales y permitir conocer su composición química y mineralógica, la cantidad de cal contenida o la resistencia mecánica a la compresión, entre otros. Datos que permitirán realizar comparativas con muestras obtenidas en otros recintos similares y obtener conclusiones sobre las técnicas de edificación empleadas. También está previsto realizar una datación absoluta mediante análisis de radiocarbono de las agujas de madera para concretar al máximo la cronología.

El proyecto cuenta ya con una II Fase aprobada con una inversión de 286.173,82 euros, con cargo también al 1’5% Cultural, que pretende dotar al resto del recinto de una urbanización y puesta en valor acordes con la Fase I, ahora en ejecución.

El equipo arqueológico ha propuesto la realización de prospecciones geofísicas que aporten datos suficientes y permitan establecer líneas de investigación para el mejor conocimiento del yacimiento, puesto que son visibles perfiles estratigráficos en los flancos oeste, sur, y este de más de 5 metros de potencia arqueológica con evidentes construcciones de mampostería y cantería, entre otros. Con las dos fases proyectadas, se contará con una inversión total de 814.443,35 euros para la recuperación y consolidación de la muralla del Castillo de Lora.