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Es la principal pregunta que muchos, tras 18 años de Limones al frente del Consistorio, se hacen ahora ante la salida de Ballesteros y la pérdida de la mayoría absoluta del PSOE. La propia Susana Díaz fracasó al intentar convencer a la edil socialista a altas horas de la noche en Alcalá.

Laura Ballesteros se da de baja del grupo socialista en el Consistorio dejando a Antonio Gutiérrez Limones con un gobierno en minoría, un presupuesto aún sin aprobar y un Pleno de posturas muy distanciadas entre el gobierno y los grupos de la oposición.

Pero para comprender lo sucedido, hay que remontarse año y medio atrás. Desde entonces la concejal socialista Laura Ballesteros, viene expresando en el seno del PSOE su malestar ante la falta de transparencia en la gestión, que veía materializada en una “falta de información que limitaba su labor y capacidad en la toma de decisiones”, según expresó ella misma hace un mes.

Han sido muchos meses, desde entonces, en los que Ballesteros ha mostrado sus preocupaciones por el discurrir del gobierno local en diversos ámbitos. De hecho las relaciones entre Limones y Ballesteros están completamente rotas. Hace meses que ni siquiera se dirigen la palabra. La realidad es que de sus 14 años como edil con responsabilidades de gobierno, Ballesteros sólo ha estado liberada el último mandato. Hasta entonces desarrolló su labor política con media liberación durante los últimos dos años del mandato 2007-2011.

Ahora Ballesteros no contaba con liberación y ha compatibilizado su responsabilidad política en el gobierno con su trabajo como orientación laboral, su profesión. Sin embargo Ballesteros descarta de plano que la motivación económica sea la que defina la situación.

La hasta ahora edil socialista lo explica en asuntos relacionados, no sólo con la transparencia o la participación, sino también con la mejor fiscalización de las empresas municipales como reconoció ayer durante un encuentro con periodistas de Alcalá. Cabe recordar que el Ayuntamiento de Alcalá cuenta en la actualidad con dos organismos municipales, Alcalá Comunicación Municipal S.A., constituida en junio de 2001 para gestionar la comunicación del Consistorio, e Innovar en Alcalá S.L, con el objeto de promover el desarrollo socioeconómico de Alcalá de Guadaíra.

El desencuentro dentro del PSOE de Alcalá se hizo patente en el pleno del pasado mes de abril cuando, la ausencia de dos de sus concejales -Laura Ballesteros y el delegado de Turismo, José Manuel Rodríguez- provocaron que el alcalde recurriera por primera vez en todos sus años de mandato al voto de calidad para aprobar los puntos del día. Estas ausencias -que Ballesteros justificó por motivos médicos- motivaron que el PSOE iniciara un expediente informativo, sin consecuencias disciplinarias, pero que evidenciaron la distancia entre la dirección del partido y un grupo de ediles críticos, encabezados por la ex concejal socialista.

Tras el anuncio –hace ahora un mes- por parte de Ballesteros de su intención de abandonar el grupo socialista y conservar su acta en el pleno –extremo que contempla la legislación-, fue la mediación de la dirección provincial socialista la que logró in extremis un acuerdo entre Ballesteros y el grupo municipal socialista en el que pidió “cambios” en el grupo y en el gobierno.

De hecho, antes de anunciarse por primera vez la intención de Ballesteros de salir del PSOE, Gutiérrez Limones mantuvo encuentros con los portavoces de IU, Alberto Miranda, del PA, Lola Aquino, y del PP, Mª Carmen Rodríguez Hornillo. Fueron en el marco del Plan de Empleo en el que trabajan los grupos, pero el propio Miranda reconoció públicamente que la intención del primer edil fue “tantear” la predisposición de un pacto entre su formación y el PSOE.

Un mes después, Ballesteros finalmente ha acabado cumpliendo su promesa ante la falta de cambios. De hecho durante un mes sólo ha llegado a mantener un encuentro en el que expuso sus peticiones, extremo que según explicó la concejala, no se han traducido en nada, lo que han acabado empujándola a decidirse por continuar como edil, aunque no adscrita a grupo político alguno, como única vía para forzar desde fuera lo que ha creído imposible poder cambiar desde el seno de la agrupación socialista.

Tras presentar su salida del grupo ante el registro el pasado martes por la tarde, la maquinaria socialista no tardó en ponerse en marcha. Hasta tal punto que la misma Susana Díaz, junto a miembros de la dirección provincial, se personaron rozando la medianoche en la vivienda de la edil socialista. Ballesteros no los recibió y tuvieron que reunirse con su marido, el ex concejal del PSOE, Carlos Pino. Sin embargo de poco sirvió. Volvieron a Sevilla con un no como respuesta.

Ya en el día de ayer, a las declaraciones de la secretaria provincial del PSOE de Sevilla, Susana Díaz, se sumaron las del PSOE de Alcalá, que le reclama el acta, acusándola además de no “entender sus idas y vueltas”. También la acusa de “tránsfuga”. Hasta el propio alcalde habló, en un comunicado, abogando porque “prevalezcan los compromisos adquiridos ante la ciudadanía”.

Sin embargo Ballesteros persiste en sus tesis que pasan por “trabajar y construir” y no por “atacar al PSOE”. Está convencida de que lo que no ha logrado cambiar desde el PSOE, lo intentará hacer desde fuera del partido, pero dentro del Pleno.

Queda ahora por comprobar cuál será la postura de la ex concejal con su partido de toda la vida y con las formaciones de la oposición. Ballesteros ha dejado claro que no se casará con ninguno y que su idea es respaldar propuestas coherentes con sus reclamaciones y el interés común, «vengan del partido que vengan» expone.

Sin embargo sí dejó claro que su intención no es «paralizar la ciudad», toda vez que el presupuesto de 2013 aún no ha sido aprobado y figurará con toda probabilidad en el próximo pleno, donde Ballesteros ya será no adscrita.

Del mismo modo, rehúye la idea de la moción de censura, que, en cualquier caso, necesitaría el voto afirmativo de toda la oposición más el de un concejal (14 en total) para que prosperara, toda vez que la decisión de Ballesteros no puede ser decisiva en la votación, al haber pertenecido al PSOE.

El Pacto antitransfuguismo contempla que, en el caso de que en una moción de censura participen ediles que han pertenecido al partido del alcalde o han dejado de pertenecer al grupo con el que se inició el mandato, la mayoría necesaria para aprobar la moción se verá incrementada en el mismo número de concejales que se encuentren en esta situación. En el caso de Alcalá, se necesitaría un voto más, aparte de los 13 de la oposición.

Muchos interrogantes planean ante un escenario inaudito en los últimos años en el Ayuntamiento alcalareño. Todos los partidos de la oposición han celebrado el fin de la hegemonía socialista y aguardan con ilusión incluso, la posibilidad de sacar adelante iniciativas que, hasta ahora, han sido arrolladas por la apisonadora que suponía la mayoría absoluta de la que gozaba Gutiérrez Limones.

La pregunta es si, en los dos años que restan hasta las próximas elecciones, los concejales de la oposición podrán dar luz verde a todas las propuestas de mejora que han solicitado durante años. Casi como en todo, el tiempo dictará sentencia.

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Licenciado en Periodismo y Máster en Sociedad, Administración y Política, puso en marcha el 'Proyecto Deguadaíra', germen de Sevilla Actualidad. Ha pasado por El Correo de Andalucía, Radio Sevilla-Cadena...