A las 11:00 horas de la mañana, en la plaza del Ayuntamiento de Camas, la Plataforma Gambogaz ha emprendido la marcha sobre el cortijo del mismo nombre que, denuncian, «continua en manos de los herederos de Gonzalo Queipo de Llano».
La marcha ha atravesado Camas y ha discurrido hacia el río Guadalquivir hasta desembocar en el cortijo de Gambogaz, que fue regalado al militar por la ciudad de Sevilla tras la Guerra Civil.
Además de los memorialistas del bando republicano, han estado presentes otras organizaciones políticas y sindicales de izquierdas, así como el diputado de Adelante Andalucía, Nacho Molina, el exparlamentario de Unidas Podemos Diego Cañamero y el secretario nacional del SAT Oscar Reina entre otros dirigentes.
Esta es la segunda marcha organizada por la plataforma Gambogaz, en esta ocasión en el tramo final de la pandemia de coronavirus, por lo que se han guardado las precauciones requeridas. Esta marcha se había pospuesto en varias ocasiones por la incidencia de los contagios. Su objetivo fundamental ha sido reivindicar el traspaso al patrimonio público del cortijo que, afirman, «fue adquirido con malas artes en 1937 por el militar golpista, que llenó de luto y sangre a nuestro pueblo y solo trajo hambre, miseria y piojos a nuestra tierra», elaboran.
Denuncian que las instituciones no afrontan el problema «con suficiente determinación; empezando por el Ayuntamiento de Camas, siguiendo por la Diputación de Sevilla, el Parlamento y el Gobierno andaluz y terminando en el Secretariado de Memoria Democrática del Gobierno Central». «No queremos comparar Gambogaz con el pazo de Meirás, pero si es necesario destacar que en el caso de la residencia de Franco las instituciones gallegas terminaron implicándose»; «pero este proceso todavía no se ha producido en Andalucía». Afirman que Queipo de Llano aprovechó la guerra «para hacer ley del saqueo y enriquecerse personalmente», y piden que el cortijo de Gambogaz pase al patrimonio público y su tumba salga de la Basílica de la Macarena.