José Miguel Algarín

El palaciego José Miguel Algarín, doctor en Física por la Universidad de Sevilla, ha dedicado prácticamente toda su carrera como investigador a revolucionar la resonancia magnética. O, mejor dicho, a democratizarla para que sea mucho más accesible y barata.

Este físico sevillano trabaja en el desarrollado un sistema que permite visualizar tejidos duros como huesos o dientes en resonancias magnéticas. Este método de diagnóstico que ofrece información principalmente de tejidos blandos. En la investigación participan el Instituto de Instrumentación para Imagen Molecular (I3M), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politècnica de València (UPV). Algarín cuenta con una dilatada trayectoria a sus espaldas. A pesar de su corta edad. Con tan solo 34 años es coautor de 17 artículos científicos y ha participado en ocho proyectos científicos tanto nacionales como internacionales, habiendo dirigido dos de ellos en la Universidad de Maryland.

Cien veces más rápido que una resonancia normal

Estos resultados, publicados en la revista Scientific Reports, unidos a nuevos desarrollos en el I3M, han dado lugar a una patente que permitirá reducir hasta cien veces el tiempo para realizar imágenes para el diagnóstico médico. La spin-off del CSIC Tesoro Imaging, que desarrolla un dispositivo para su aplicación en clínicas dentales, explotará esta patente.

La imagen por resonancia magnética es uno de los sistemas de diagnóstico más utilizado en Medicina, por ser inocuo para el paciente al no usar radiación ionizante sino campos magnéticos y pulsos de radiofrecuencia. Estos campos afectan al magnetismo cuántico de los núcleos que forman los tejidos del cuerpo, el espín, cuya respuesta resonante puede ser medida para formar una imagen que da información sobre las partes blandas del cuerpo (órganos, músculos, grasa…). Para superar esa limitación y poder visualizar también las partes duras, existe un tipo de resonancia magnética en ‘tiempo cero’ (Zero Time Echo, ZTE) que altera el orden de las fuentes que excitan el espín nuclear (el gradiente magnético y los pulsos de radiofrecuencia) para capturar la información que ofrecen huesos y dientes. Hasta ahora, estas técnicas sólo se habían demostrado a campos magnéticos muy altos, en sistemas con costes de millones de euros.

Sin embargo, “con los sistemas convencionales sólo se pueden obtener imágenes en tres dimensiones, por lo que el tiempo necesario para su realización se acerca a la hora. Con nuestra nueva patente podemos obtener imágenes bidimensionales de alta resolución en 20 ó 30 segundos”, explica Joseba Alonso, investigador del I3M que lidera el proyecto en el que participa José Miguel Algarín. La patente desarrollada se denomina SS-ZTE (Slice Selection Zero Time Echo), y se basa en pulsos de radiofrecuencia que preservan la ‘coherencia cuántica’ (fenómeno que determina la intensidad de la señal registrada para la formación de imágenes) de los espines dentro de la zona de interés, mientras destruyen la del resto.

Método no invasivo, rápido y económico

“Combinando ambas informaciones, de tejidos blandos y duros, tenemos un método de detección por imagen no invasivo, que no utiliza radiación ionizante, rápido y económico, con múltiples aplicaciones”, resume Alonso. La primera aplicación será en el campo de la salud bucodental, donde la spin-off Tesoro Imaging, una empresa surgida del I3M, desarrolla la tecnología para crear un sistema de resonancia magnética para clínicas dentales que obtendrá imágenes con información de dientes, encías y raíz de forma rápida y precisa.

El aparato desarrollado por el I3M y Tesoro Imaging tendrá un precio estimado de 70.000 euros, y “nuestros resultados demuestran que es posible visualizar tejidos duros en sistemas asequibles para clínicas dentales”, asegura Alonso. Los científicos esperan que este dispositivo se pueda probar en clínicas a partir de finales de 2021.

Licenciado en Periodismo. Actualmente en Sevilla Actualidad y La Voz de Alcalá. Antes en Localia TV y El Correo de Andalucía.