La Parroquia retiró la semana pasada los elementos de valor de la Virgen del Rosario tras constatar el hurto de un rosario de plata. El Niño Jesús que porta la imagen tiene la mano izquierda partida.

 

Tres años después de la restauración que llevó a cabo el dorador Miguel Santana Morato la Virgen del Rosario no encuentra un lugar fijo en la Parroquia del Divino Salvador a la espera de la obtención de recursos para recuperar su retablo.

El estado de deterioro del Niño Jesús que porta esta advocación reviste especial interés debido a que la imagen es anterior a la propia talla de la Virgen del Rosario y, según las investigaciones, pudo pertenecer a una imagen gótica.

La Virgen es talla anónima del siglo XVIII. Contó con hermandad propia y Rosario público en este pueblo de la Sierra Norte de Sevilla hasta finales del siglo XIX, cuando se documentan en el archivo parroquial los últimos movimientos de esta corporación.

Su restauración en 2009, encomendada al dorador Miguel Santana Morato, suscitó controversia entre los castilblanqueños. «Está demasiado cambiada, no parece la misma» afirmaba entonces Ana, quien durante 35 años -hasta el año 2008- fuera camarera de la Virgen.

Venerada hasta el año 2010 en la nave derecha del templo en la hornacina central de un retablo obra de Pablo Guisado fechado en la primera mitad del siglo XVIII, el severo deterioro del retablo y el riesgo de que alguno de los elementos que lo conforman se precipitasen motivaron el traslado de la Virgen.

Sin embargo, la talla no ha encontrado un lugar fijo en la Parroquia. Durantes los últimos dos años ha ocupado diversos espacios del templo desde el altar mayor, a la capilla de la Virgen de Escardiel, o al lugar donde se encuentra actualmente: la capilla sacramental, donde ha sido desprovista del cetro de Reina, así como de las potencias y la bola del mundo que portaba el Niño Jesús para evitar nuevos hurtos.

El párroco ha restado toda importancia al suceso. Pablo Sánchez lanza un  mensaje de tranquilidad al asegurar que se trata de un ‘incidente menor y sin importancia’.

La imagen posee una saya bordada de color rojo que se confeccionó a partir del traje de luces que el diestro José Ortega Cano vestía cuando sufrió la grave cogida el 6 de enero de 1995 en Cartagena de Indias (Colombia). Esta prenda fue adaptada y donada por la artista Rocío Jurado un año más tarde cuando el diestro se recuperó.

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