Imágenes de la Guardia Civil

El pasado 18 de octubre de 2020, el Seprona de Cazalla de la Sierra, en el marco de los servicios realizados para la prevención del furtivismo, se percata de que en un coto de caza del término municipal de Alanís, se está realizando una actividad cinegética compatible con una montería o batida de caza mayor, no teniendo conocimiento de que en la zona exista autorizada dicha acción cinegética para la fecha citada. Por todo esto, los agentes se disponen a realizar apostadero en el camino de acceso a la finca, para identificar a los participantes y verificar los hechos.

Imágenes de la Guardia Civil

Tras una larga espera, cuando los cazadores se disponían a abandonar la zona, los agentes proceden a interceptarlos e identifican a 9 cazadores que portaban un total de 33 perros de diferentes razas, 6 dispositivos transmisores de comunicación, 7 escopetas con numerosa munición metálica(cartuchos bala) para caza mayor, 4 cuchillos de monte utilizados para rematar las piezas, de los cuales uno de ellos poseía un dispositivo de acople a un bastón a modo de lanza. También llevaban en tres mochilas, carne de un ciervo abatido. La Guardia Civil inspecciona la zona y localiza los restos del animal y la cabeza de un ciervo macho, preparada para ser disecada como trofeo. 

Tras estas averiguaciones, se comprueba que los cazadores identificados se encontraban realizando un gancho ilegal de caza mayor dentro del coto de caza del que son socios, en el que habían abatido al menos un ciervo. 

Los cazadores identificados habrían cometido varias infracciones en materia de caza y al reglamento de armas, por las que se pueden enfrentar a sanciones comprendidas entre 601,02 a 60.101,21 euros y retirada de las licencias de caza y de armas.

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