Ricardo Sánchez, candidato del Partido Popular a la Alcaldía de Mairena del Alcor, centra en la política clientelar las críticas al partido gobernante, el PSOE de Casimiro. Para estas elecciones municipales, confía en que se termine la mayoría absoluta.

La palabra que mejor define la candidatura de Ricardo Sánchez Antúnez (Mairena del Alcor, 1968) es cambio. No solo porque representa el deseo de que así se produzca el 22 de mayo, después de 20 años de Casimiro en Mairena, si no que, además, ha renovado toda la infraestructura del partido en nuestro pueblo. Ricardo pretende presentarse como moderado, abierto al diálogo y cercano. Quiere que sus amigos y vecinos de toda la vida vean en él la persona que es y siempre ha sido, a pesar de su salto a la política. Al hablar, es todo prudencia y respeto, sin restar críticas. Me sorprende, sinceramente. Mucho candidato el del Partido Popular.

Así se presenta el candidato

Sara Domínguez.- Tiene el perfil con el que más se identifica su partido: padre de familia, muy religioso, muy español, incluso… ¿Cómo se siente usted en la posición de candidato del PP?

Ricardo Sánchez.- A mí me han dicho justamente, quizás, lo contrario, que abro un poco el abanico. No es para nada excluyente tener una ideología o una creencia católica con ser una persona abierta, dialogante, y, sobre todo, muy respetuosa con gente que piensa de otra manera. Yo soy una persona “moderna” (entre comillas) dentro de lo que sería la persona de centro derecha arquetípica, que le gusta ir al Tribal o escuchar música “moderna”. En fin, en ese sentido, pienso que no solo yo, sino la gente que formamos el equipo, están un poco para romper eso de que las personas tienen que ser de determinada forma o de ciertas maneras.

SD.- ¿Pero solo es eso, música, por ejemplo? ¿Hay perfiles irreconciliables con el PP?

RS.-Hoy día es más complicado entre la gente joven encontrarse “antis”. Antes estaban mucho más abiertas las heridas de Guerra Civil y demás, pero ahora no creo que haya ideas tabúes o ideas límites. Incluso las ideas de la derecha más extrema se han ido difuminando, moderando, para acercarse a modelos económicos incluso parecidos. Es una tendencia de la vida. Hay que cambiar. El que no cambia, no sabe evolucionar. Me dijeron una vez que cuanto más mayor vas siendo, hay más matices de gris, y es verdad. Nada es blanco ni es negro. Hay que ser abierto porque ni se tiene la razón absoluta ni se puede pretender tenerla.


SD.- De simpatizante a posible alcalde. Supongo que habrá recibido infinidad de lecciones-consejos estos días.

RS.- He estado siempre ligado, aunque últimamente no a la acción directa del partido. Mi padre fue fundador del PP en Mairena. Estuve en mis años juveniles. Luego ya, en época universitaria y de trabajo si he estado más desligado. Hay mucha gente que te dice que ahora es el momento clave para cambiar 20 años de un gobierno municipal monótono, personas que están esperanzadas en ese cambio y que no pensaban nunca que iban a votar a una candidatura del Partido Popular, y ahora han expresado abiertamente que lo van a hacer. Hay que ir paso a paso, y tener claro lo que se hace. No se puede pretender contentar a todo el mundo. Nosotros representamos una opción central moderada, y eso tiene más posibilidades de encontrar adeptos que otra opción más extremada. No lo hacemos por marketing político, sino por convencimiento de que ese es el camino.

SD.- ¿Tiene algún referente? ¿Algún político que haya tenido mucha influencia en usted?

RS.- Aunque tiene a muchas personas que no están de acuerdo, yo creo que Ruiz Gallardón. Ha sido una figura bastante controvertida porque ha salido siempre a hablar con todo el mundo: personas que son más de Esperanza Aguirre, etc. Lo veo, más que un referente, como una persona carismática, que no se acomplejaba por su creencias políticas, sino que incluso se sentía orgulloso, y se sentaba a hablar con cualquier colectivo: con el gay, por ejemplo… Para él no ha habido colectivos tabúes, y en ese sentido sí me siento identificado con él.

SD.- A eso me refería cuando le he preguntado por perfiles irreconciliables, ya que lo menciona. [A nivel nacional, el partido de Ricardo aún no se ha pronunciado sobre qué hará con el matrimonio gay].

RS.- Hay una corriente gay en Madrid dentro del partido. Incluso un colectivo, el COLEGA, en el que han dicho abiertamente ser más afines a las ideas del Partido Popular. Eso se ha planteado más como un motivo religioso, porque es verdad que se han hecho cosas que se podrían haber evitado, como en el resto de Europa. En Europa hay lo que se llama unión civil entre parejas del mismo sexo, y no pasa nada. Lo que pasa es que quizás se ha intentado meter un sacramento religioso, cuando en realidad es una tontería que se podía haber evitado, como se hace en países que nos llevan muchos años de adelanto en política social. Básicamente, lo que se quiere es un reconocimiento de derechos que hay que contemplar, y yo estoy de acuerdo en que se reconozcan.

SD.- Habla, pues, de una confusión de conceptos en todo este asunto.

RS.- Sí, y no lo entiendo, porque en Reino Unido, Holanda, América… existen las uniones civiles y me parece estupendo, porque de lo que se trata es de reconocer eso, que hay una vida en pareja y que necesitan derechos a nivel fiscal, por ejemplo, que hay que reconocer, sin más vuelta de hoja.

SD.- Será para usted un mes de mayo diferente, como los meses previos. ¿Cómo lo vivirá? ¿Está nervioso?

RS.- Nervioso no sé si es la palabra. La palabra es responsabilizado. Hay ahora una especie de paréntesis ahí, Semana Santa y Feria, que, como la reforma de la Ley Electoral limita mucho la propaganda, la campaña va a estar bastante más suavizada. Por ley, solo se pueden hacer actos de presentación de listas o de programas. Eso va a regir mucho el volumen de actos. Nosotros tenemos más o menos nuestra planificación, e intentamos seguirla hasta la fecha de campaña, en la que muchas veces no sabes las personas que te van a venir. Pero la precampaña sí la hemos planificado, aunque con muchos menos medios económicos que el partido gobernante. Sin embargo, personas para nada afines a nosotros nos han reconocido que estamos llegando a la calle.

SD.- Son, desde luego, los que más uso han hecho de las redes sociales, ¿verdad?

RS.- Sí, pero eso no es solo por hacer números. Lo que se plantea no es solamente lanzar ideas políticas, ni enlazar noticias negativas para los otros partidos. También se trata de conocimientos, de compartir ideas: enlaces con Spotify, etc. Se trata de acercar un candidato a la gente, porque no es un muñeco de cera, sino una persona con sus gustos y que está en el mundo. Se trata de desmitificar a una «persona política», porque además está en el pueblo. Hacer política aquí es diferente. Mi motivo fundamental para entrar en política fue un poco decir que, si ya son 20 años, ampliables a 24, esto ya es un régimen con gente ya instaurada.