La ‘Unidad Geomorfológica de Los Alcores’ es una franja elevada del territorio que se extiende desde el río Corbones, en el término municipal de Carmona, hasta una zona indefinida entre el cortijo de ‘Zafra’ y el de ‘Mateos Pablo’ una vez superado el río Guadaíra, y siempre dentro del término municipal de Alcalá de Guadaíra. Es este el marco por el que discurre, en su mayor parte, el antiguo trazado del ‘Tren de Los Panaderos’, la mal llamada ‘Vía Verde de Los Alcores’.

Si viniésemos desde Sevilla en el mítico tren, después de dejar atrás el molino de ‘Cerrajas’ y los dos de ‘Peley Correa’, hoy en ruinas, nos encontraríamos con la hacienda ‘La Piñera’ y la fuente-abrevadero del ‘Mal Nombre’, prácticamente desaparecida; seguidamente, pasaríamos junto a la antigua estación de bombeo de la ‘El Adufe’ inaugurada por los ingleses (The Seville Water Work Company Limited) en 1883, en franco proceso de deterioro, y pasaríamos a un tiro de piedra del molino de origen árabe llamado ‘Del Realaje’ o ‘Pié Alegre’, cuyas referencias se remontan al repartimiento de Fernando III a mediados del siglo XIII.

El cerro que corona el ‘Castillo de Alcalá’ se salva mediante un túnel, el único que atraviesa Los Acores y que nos transporta a la plaza y fuente llamadas de ‘El Perejil’. Continuaríamos el recorrido por las explanadas donde estuvieron la desaparecida estación y convento de ‘San Francisco’. El río Guadaíra, siempre a nuestra derecha, jalonado de numerosos molinos harineros.

En su discurrir hacia la aldea de ‘Gandul’, dejamos a un lado el reformatorio ‘San Francisco de Paula’, testimonio de una época donde prosperaron en Alcalá importantes construcciones de estilo regionalista. En lontananza, el Castillo de Marchenilla. Más cercanos, los nueve molinos del arroyo del mismo nombre, hoy abandonados, transformados o desaparecidos.

Al llegar a la estación de la aldea de Gandul, en ruinas, divisamos los restos de la posada donde se alojó Washington Irving, en su divulgado viaje a Granada. Anejo, un antiguo molino de aceite, en igual estado de conservación.

Antes de dejar el término de Alcalá de Guadaíra se atraviesa uno de los pocos palmares de Andalucía; una necrópolis dolménica; una ciudad romana situada en ‘La Mesa’ y todo presidido por el valuarte de ‘El Toruño’, atalaya de la muralla que protegió un poblado de la época del Bronce. Después de dejar atrás la vaguada denominada ‘Cañada Honda’, donde aún se conserva una fuente romana, entramos en el término municipal de Mairena del Alcor, y en otro tramo de la vía que finaliza en Carmona, no menos importante y en igual estado de abandonado.

El 10 de enero de 1873 se inaugura el primer tramo del ferrocarril Sevilla-Alcalá de Guadaíra, popularmente llamado ‘Tren de los Panaderos’. Por problemas financieros, no entraría en servicio hasta 1879. El proyecto original contemplaba su extensión hasta Montilla y allí conectaría con Córdoba-Antequera, aunque, definitivamente, se quedaría en Carmona. Los 42 kilómetros de línea permanecieron en funcionamiento hasta 1965, en Carmona; el último viaje se realizó 1975 hasta Alcalá de Guadaíra.

Cuando el primer Ayuntamiento democrático se constituye en 1979, se encuentra un trazado abandonado, una población dormitorio en crecimiento y unos problemas de transporte evidentes. Los sucesivos gobiernos municipales pudieron llegar a la conclusión de que Alcalá necesitaba un tren de cercanías, reutilizando el antiguo trazado, pero ese no fue el caso. Treinta años después, la vía del ferrocarril permanece completamente abandonada y las instalaciones son ruinas.

El PSOE, en estos treinta años, ha tenido dos ideas: primera, llamar ‘Vía Verde de Los Alcores’ al antiguo trazado del ferrocarril, simple propaganda a la que nos tienen acostumbrados, pues las actuaciones han sido prácticamente nulas. Queda pendiente su deslinde y la recuperación de lo usurpado por los amigos de lo ajeno, la reparación del trazado, la reforestación de sus márgenes, la colocación de paneles explicativos en los diferentes elementos patrimoniales asociados o próximos a su trazado y su divulgación para su disfrute por los ciudadanos: senderistas, ciclistas, etc. La segunda, el tranvía, inconcluso, Alcalá-Universidad Pablo de Olavide, que se intuye como un completo fracaso, pues no beneficia ni a los trabajadores de los polígonos industriales ni a los desplazamientos directos Sevilla-Alcalá.

Andaluces de Alcalá

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Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, empezó en la comunicación local y actualmente trabaja para laSexta. Máster en Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación, es miembro...