He oído miles de veces historias de fracasos sobre los Networking: que es una pérdida de tiempo; que no he conseguido nunca un solo cliente allí; solo he visto autónomos y gente joven; yo allí no pinto nada porque no he visto empresarios como yo; y demás.
A pesar de que no todos los Networking están igual de organizados y planeados para convertirse en negocios, hasta la fecha no he visto ninguna reunión empresarial mala, eso sí he visto malos participantes. La responsabilidad en el fracaso en un Networking recae en uno mismo.
Si bien hay gente que le ha ido más en dichas reuniones también conozco a muchos que les ha ido bien y la gente más fascinante que he conocido ha sido en reuniones de empresarios. Si eres un auténtico hombre o mujer de negocios nunca nadie sabrá de ti si vives en una caverna. ¿Qué actitud debe de portar el participante a eventos empresariales?
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No ir a vender, sino a conocer a gente con acceso a tus clientes y con una actitud positiva. La clave no está en las personas que acuden sino en las personas que conocen los que acuden. Enfócate en esas pocas personas y haz seguimiento a lo que acuerdes con ellos.
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Prestar tu apoyo al resto. Oír siempre y hablar lo justo.
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El evento no acaba nunca. Si una vez que has vuelto con un taco de tarjetas, las tiras o incluso peor mandas un mailing recordando los productos y servicios que ofreces, habrás tirado todo por la borda. La clave es ser selectivo y buscar la manera de volver a verte con aquellas personas que pudieran ser interesantes. Imagínate que a tu pareja la vieras una vez por semana; imagínate que la ves una vez al mes; y ahora la ves una vez al año. ¿Cuál sería tu vínculo? En el Networking es lo mismo en la asiduidad está la creación de los vínculos que hacen que los demás te proporcionen negocios.
Si no has hecho ninguna de estas cosas, me extrañaría que hayas tenido éxito alguna vez en un evento empresarial.