Esta vez tampoco ha valido, esta vez la corazonada tan sólo fue eso, una corazonada. Esta vez las lágrimas fueron las protagonistas del acontecimiento, lágrimas de dolor derramadas por la delegación madrileña y lágrimas de alegría y reconocimiento por parte de los representantes de Río.
Guía Blasco. De nada ha servido el despliegue millonario, de nada ha servido el esfuerzo de las redes sociales por motivar a los ciudadanos, de nada sirvió el discurso emotivo de los miembros de la delegación de España y tampoco la petición de Samaranch a sus colegas, esos niños tan tiernos que pedían las olimpiadas para su país, esos deportistas tan “monos” todos de verde… de nuevo no fuimos los elegidos.
Todo fue muy bonito, hasta esos abrazos entre Esperanza Aguirre y Zapatero, entre Zapatero y Rajoy…¿ahora se abrazan? no entiendo a los políticos, no entiendo porque no se unen para cosas importantes, porque se dedican a hacer del Congreso un patio de vecinos y luego de repente, se abrazan.
España está viviendo momentos muy difíciles, momentos en los que muchas familias que antes “medio vivían” han tenido que pasarse al “agua con Avecrem”, los ciudadanos quieren trabajar, quieren poder llevar su vida sin problemas y no quieren ver ese buen rollito para este tipo de temas si no lo hay para las cosas que ahora mismo son urgentes para su vida diaria.
Madrid 2016 hubiera producido muchos puestos de trabajo, pero ¿ha salido rentable la candidatura ahora que no se ha ganado?, eran necesarios los trajes idénticos para todos los miembros del Comité, eran necesarias todas las maletas rojitas de viaje idénticas, era necesario alojamiento para tanta gente… ¿se hubiera podido destinar ese dinero a otros temas más importantes?… nunca lo sabremos de momento nos quedaremos con la corazonada de que habrán elegido el menú más barato durante su estancia en Copenhague, que habrán comprado la tela más barata para hacer sus trajes y habrán hecho un buen negocio con la empresa de las maletas de viaje.
¡Felicidades Río 2016!