El desembarco de Toñi Moreno con el programa más solidario en la cadena pública estatal, tras una primera etapa de éxito en Andalucía, es la apuesta de RTVE para las primeras sobremesas sin telenovelas en varias décadas.

 

El programa llegará con novedades la próxima semana, la primera: el español neutro de Moreno. La presentadora parece haber dejado el acento de su habla andaluza en Despeñaperros, en una decisión que pone de relieve cómo todavía hoy el andaluz no está bien visto, aún siendo la cadena de todos.

 

En RTVE todo está a punto para el estreno del programa ‘Entre todos’. Es la adaptación del formato ‘Tiene arreglo’ que ha liderado las mañanas en Canal Sur Televisión con una fórmula  y un equipo bien engrasado para encontrar a cada problema una solución. Cuenta con la cómplice y solidaria participación de otras personas, que hacen posible que los casos de las familias con dificultades que pasan por el plató vayan resolviéndose en directo. Entre las claves del formato, en la televisión andaluza, destacó la proximidad de su presentadora, Toñi Moreno, una todoterreno versátil, curtida en formatos como Andalucía Directo, capaz de empatizar y meterse en el bolsillo a propios y a extraños. Su marcado acento andaluz, de Sanlúcar, fue parte de la identidad del programa en la televisión autonómica, y consciente de ello, se hizo gala de esta particularidad en Andalucía para prestigiar el andaluz.

 

Pero las promociones de ‘Entre todos’ que hasta ahora se han acercado a las pantallas de la cadena estatal han llamado la atención de los andaluces, y no por los significativos cambios que pueda tener el formato, que mantiene la esencia de su antecesor, sino por el tratamiento al habla andaluza. En La 1 de RTVE la presentadora Toñi Moreno camina por una ciudad hablando un español neutro; su andaluz se ha esfumado en antena.

 

Lo que pudiera parecer un tema baladí, el acento de un comunicador, no lo es si tomamos en consideración la valoración que se tiene del andaluz como un “español mal hablado”. Este estigma a las hablas andaluzas se estudia en las universidades, y redunda en el tópico andaluz y en la percepción que a nivel estatal se tiene de Andalucía, o en la que los propios andaluces tienen de sí mismos y de su manera de hablar.

 

¿Hablan ‘mejor’ o ‘peor’ que en Madrid? Es una pregunta recurrente, que no debiera ser todavía en 2013 un motivo para ridiculizar a las personas que habitan en determinado territorio, que presentan los rasgos propios de esa región a la hora de comunicarse con otras personas en la oralidad.

 

El bloqueo a la diversidad de lenguas, dialectos y hablas en RTVE, en este caso al andaluz de Moreno, pasaría desapercibido, de no ser porque el desembarco del formato de ‘Tiene Arreglo’ coincide con el anuncio del posible retorno de Los Morancos a la primera cadena de TVE. ¿Con qué acento creen que harían reír a nivel estatal los hermanos Cadaval con su show en el prime time?

 

Como lo hiciera la mítica Juani en Médico de Familia, Jorge y César hablarán andaluz en su programa. Un programa de humor. Y los humoristas llamarán a Josua desde la ventana de su plató con unas voces que nos resultarán familiares de Despeñaperros para abajo. Y veremos a la madre de Antonia en ese mismo ‘sketch’ corrigiéndola por ‘hablar mal’, y tratándole de enseñar a hablar como habla esta renovada Toñi Moreno que promociona RTVE para hacer solidarias las tardes desde los estudios de la tele de Madrid.

 

El español neutro de Moreno pasaría desapercibido, de no ser por el agravio para los andaluces, en el que ahondan luego las autoridades políticas a lo largo y ancho del Estado. Artur Mas propinó un bofetón a los andaluces cuando espetó que los niños andaluces no saben hablar. O en la misma línea desde las filas populares, con la diputada Montserrat Nebrera, cuando dijo que el acento andaluz “parece un chiste, un chiste malo”, en alusión a las particularidades del habla de la entonces ministra Magdalena Álvarez.

 

En definitiva, sobre el andaluz pesa todavía hoy la losa de los clichés y de los estereotipos. Del centralismo exacerbado, y de la bota que durante siglos pesó sobre la sien de los trabajadores y de las trabajadoras del campo. Mujeres y hombres analfabetos trabajando de Sol a Sol por su subsistencia, con el azote de su irrelevancia tatuado en su piel,  de los que hablase y teorizase Blas Infante, el padre de la patria Andaluza.

 

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