Seguramente usted ya esté acostumbrado a usar aplicaciones móviles para consultar la predicción meteorológica, los tiempos de llegada en las paradas del autobús o donde hay bicis disponibles en el servicio público de bicicletas de su localidad. Sin complicaciones y en tiempo real.

A esto nos referimos técnicamente como Open Goverment Data: un movimiento que aboga por que las Administraciones Públicas expongan los datos que tienen en su poder de forma reutilizable para que terceras personas o entidades puedan crear servicios derivados de valor añadido.

Y sobre datos abiertos versó el ‘Encuentro Aporta’, quizás el mayor evento sobre apertura de datos en la Administración Pública, organizado por red.es el pasado 14 de Enero de 2014. Tuve la suerte de acudir (por tercer año consecutivo) y vuelvo con conclusiones calcadas a las de la Sociedad Real de Poner Cosas Encima de Otras Cosas –ha sido un año bueno, muchos datos han sido liberados por las Administraciones Públicas, pero muchos datos quedan aún por liberar–.

Quedaron destacadas algunas buenas experiencias, como el buen nivel tecnológico en el portal de datos abiertos del Ayuntamiento de Zaragoza, los prometedores pasos que está dando Castilla y León o las experiencias reales de reutilización de datos del Instituto Estadístico de Canarias tanto por empresas locales como multinacionales. Alberto Abella (del grupo ciudadano OKFN España) supo destacar la importancia económica de estas políticas: genera empleo cualificado que mueve un 1% de todo el PIB de la UE.

Ahora bien, los datos abiertos no son solo oportunidades de negocio, también deben responder a las demandas de transparencia para una efectiva vigilancia ciudadana y rendición de cuentas. En este sentido fue David Cabo, director de la Fundación Civio, quién dio el baño de realidad: que en la mayoría de las ocasiones seguimos teniendo que batallar con la Administración para conseguir datos, que no todos los índices posicionan a España como uno de los países con mayor cultura de los datos abiertos, que a pesar de contar con muchos portales de datos abiertos, en distintas Administraciones de todos los niveles, resultan estar tan vacíos como el “aeropuerto peatonal” de Castellón.

Desde la ciudadanía debemos entender la importancia de los datos abiertos y el Open Government Data como la mejor vía para aprovechar a todos los avances que podamos conseguir en materia de transparencia: para fomentar un ecosistema de productores de aplicaciones que nos hagan más accesible y útil la información pública. Para producir estos resultados, una política nacional de apertura de datos debería venir de la mano de una voluntad política por la transparencia, normas técnicas de interoperabilidad y coordinación entre Administraciones. La transparencia y rendición de cuentas pública está estrechamente relacionada con el Open Government Data: sin verdadera transparencia y derecho de acceso a la información tan sólo tendremos acceso a los datos que nos quieran facilitar. Por otro lado, si bien contamos con una normativa de interoperabilidad nacional de reciente aprobación, nuestra vertebración institucional en distintas Administraciones dificulta su aplicación.

Señor César Miralles, como CEO de red.es, que cerró la mesa institucional del ‘Encuentro Aporta’, le digo: responda primero a la solicitud de acceso a la información sobre su Curriculum Vitae que se le ha hecho y, en base a sus credenciales, veremos si tomar en serio su opinión. En España no estamos a la cabeza del Open Data.

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