Hoy nos hemos levantado todos un poco menos europeos. Por primera vez, los jefes de Estado de los 28 miembros del club deciden ser menos amigos para seguir manteniendo la amistad. Pero, con amigos así, quién quiere enemigos.

Nadie se atreve a vender como buenos los resultados del Consejo Europeo de este sábado. Ni siquiera el eufórico primer ministro Cameron, que tendrá que luchar contra sus propias soflamas para cumplir con su parte del trato: vender como buena la pertenencia a una Unión que se ha venido esforzando en denostar desde meses atrás.

El resultado objetivo es claro; se ha creado una nueva figura que igual debe quedar así recogida en los tratados: la del ciudadano europeo no británico. De repente, Cameron se ha hecho con el reparto de carnés de ciudadanía europea para decidir quién tiene derecho y quién no a recibir prestaciones durante los siete años siguientes a un referendum del que queda mucho por decir. Y, en todo caso, quien sabe: igual dentro de siete años se aprueba una nueva prórroga y nos vemos como con el peaje de Las Cabezas, que parece que siempre estuvo ahí.

Derecho a un pseudoveto, la exclusión de todo proyecto de mayor integración europea o un mayor poder para los parlamentos nacionales han acabado por convertir a Reino Unido en el Puerto Rico de la Unión Europea: un Estado Libérrimo Asociado, y al contrario que este, con un derecho a voto más potente que el resto. Ahora, vete tú y cuéntale a Polonia que tiene que portarse bien, como el resto de niños.

Mientras tanto, la izquierda europea se debate entre el reformismo del Plan B de Varoufakis y quienes directamente optan por salir de la UE y empezar de cero. Ante la posibilidad de una tercera guerra en el continente, era más fácil defender la idea de una Europa unida en pos de la paz. Ahora, con la terrible posibilidad aparentemente alejada, van quedando cada vez menos argumentos. Curioso el arte del regateo: despreciar el producto para pagar menos por él, y luego tener que venderlo a precio de saldo porque nadie lo quiere. Que me lo quitan de las manos, diría Cameron. Veremos qué piensan sus ciudadanos.

La vida sigue

«Europa se derrumba y nosotros nos enamoramos», que decía mi profesora. Mientras sus líderes se empeñan en denostarla, quienes todavía vemos Europa como la menos mala de las opciones de convivencia, seguimos haciendo proselitismo por nuestra tierra.

Este martes finalizó el plazo para presentarse al concurso escolar Jóvenes Andaluces Construyendo Europa #JACE2016, tras lo cual se decidió que fuera el Colegio Itálica de Sevilla el representante por nuestra provincia en la final, que tendrá lugar en Mollina, Málaga, durante el 26 y el 27 de abril.

El viernes, mientras Europa se rompía un poco más, la Asociación de la Prensa de Sevilla y el Centro Superior de Investigaciones Científicas en Andalucía se unían. Y lo hacían, entre otras cosas, para establecer un convenio de colaboración en materia de formación de periodistas y difusión de proyectos financiados con fondos europeos. Esperemos que esta alianza de pronto sus frutos.

Para aquellos interesados en proyectar su carrera profesional hacia el trabajo en las instituciones europeas, el miércoles 24 de febrero, de 10:00  a 17:00 horas, tendrá lugar una feria virtual de empleo bajo el nombre de Virtual Career Fair 2016. Una carrera de futuro, aunque, con la que está cayendo, nunca se sabe.