A la hora de conseguir un puesto de trabajo, un buen currículum vitae es la llave de la puerta de acceso principal. A continuación, expondré algunos consejos que, a mi juicio, son la base para poder hacer un currículum de calidad.

Algunas personas tienen la idea de que un currículum es mejor cuanto más extenso sea; éste es, probablemente, el error más grande que podemos cometer en la realización de nuestro CV. Lo ideal es que toda la información necesaria quede integrada en una sola página, a lo sumo en dos; sólo debemos utilizar una segunda página en el caso de que nuestra trayectoria profesional sea verdaderamente extensa y relevante para el puesto para el que queremos ser seleccionados. Es muy importante enfocar la información que plasmemos en nuestro CV a ese puesto concreto, y no rellenar espacio con experiencias que son irrelevantes. El seleccionador ha de encontrar lo que busca al primer vistazo, ya tendremos tiempo en la entrevista de desarrollar lo que deseemos.

Exceptuando los currículums de profesionales del ámbito artístico, el resto no requieren de un diseño llamativo. En todo momento hay que seguir una línea de claridad, transparencia, cuidado y orden (conceptos que hemos de tener en cuenta tanto en la redacción como en la fotografía que elijamos para nuestro CV)

La organización del contenido debe regirse por 6 apartados, como mínimo: datos personales, formación académica, experiencia profesional, idiomas, ofimática y datos de interés. Personalmente, considero importante la inclusión de dos apartados más: un apartado de competencias, en el que reflejar qué sabemos hacer, y un extracto al inicio del CV comentando brevemente quiénes somos y qué buscamos. Con un poco de paciencia, es perfectamente posible encajar todos estos apartados en un solo folio, incluyendo lo que verdaderamente muestra nuestro valor para ser seleccionados para el puesto que queremos.

Actualmente, es importante incluir en los datos personales nuestras redes profesionales (Linkedin, Twitter, webs, blogs,…), en donde los seleccionadores puedan encontrar más información sobre nuestra actividad profesional.
En el apartado de “datos de interés”, hemos de incluir nuestra disponibilidad para incorporarnos y nuestras aficiones. Resalto este punto porque, por nimio que pueda parecer, el aporte correcto de hobbies en un CV puede ser decisivo para entrar por el ojo al seleccionador. Lo ideal es que cada afición quede argumentada (por ejemplo: “Interpretación: curso de verano 2014 de la RESAD”), al igual que hemos de argumentar cada apartado del CV. También es recomendable que exista un equilibrio entre las aficiones que tienen que ver con la actividad física y con la actividad psíquica; de esta forma, se transmite una imagen dinámica, que es valorada positivamente siempre.

Bajo mi punto de vista y, más allá de las plantillas que podamos encontrar en internet en las que nos podamos apoyar para crear nuestro CV, todos estos detalles componen las directrices fundamentales para que un seleccionador reciba una señal de interés y buen trabajo al leer nuestro documento. Si tenemos al seleccionador de nuestro lado, facilitándole su trabajo y mostrando tesón en la elaboración de nuestro CV, las probabilidades de que quiera vernos en persona se generan automáticamente y, por lo tanto, de conseguir el trabajo que deseamos.

Un mal CV, aunque sea la representación de una trayectoria profesional impecable, tiene todas las papeletas para acabar en la papelera (física o virtual). Como dije al principio, el CV es la primera llave para, tengamos o no trabajo actualmente, seguirnos desarrollando como profesionales.

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