Hoy, que por primera vez en mi vida veo cientos de personas apostadas frente a un ayuntamiento esperando para ver salir a su alcalde y celebrar la fiesta de la democracia, recuerdo una palabras de Luis Landero en las que decía: “La alegría tiene algo de revolucionario”.

Este hundimiento programado, que no crisis, con el que las élites poderosas han asfixiado al pueblo, sometiéndolo a un estado depresivo, apoyados por sus instrumentos de poder en forma de medios de comunicación, que cada día llenan nuestra sobremesa de noticias catastrofistas, muerte, miseria y hambre, han desembocado en un levantamiento popular proclamado, como debe ser, democráticamente y en las urnas. Urnas secuestradas desde hace décadas por entes que ejercían su poder incluso alejados de sus programas políticos maniqueos e inútiles, siervos y esclavos del vellocino de oro con el que las grandes empresas manipulaban los gobiernos a su antojo.

En una ciudad como Cádiz, otrora ciudad industrial, que ha sido devastada durante años por sus dirigentes convirtiéndola en la capital nacional del paro, la ya consabida alegría de su idiosincrasia sale reforzada por algo que los gaditanos habían perdido hace mucho tiempo, desde que miles de ellos llenaban los pueblos de Castellón para trabajar su cerámica, Cádiz ha recuperado la esperanza. La esperanza de una tierra viva, de unos hombres y mujeres que no quieren tener que emigrar, la esperanza de una ciudad que debe volver a mirar al mar para crecer y liderar el cambio.

La irrupción de Podemos y sus grupos afines en el panorama político nacional puede que aún esté llena de incertidumbres, pues es un proceso todavía en formación, pero nunca la esperanza había asaltado las plazas de los ayuntamientos de cánticos y vítores para celebrar la proclamación de sus alcaldes.

Sólo por eso, este proceso se merece la oportunidad de liderar esta revolución popular cuyos símbolos son personas luchadoras y defensores de los derechos humanos y sociales, como el cura Diamantino, esta revolución de la alegría.

Nace en Cádiz en 1981 y estudia Filología Hispánica entre la UCA y la UNED. Actualmente dirige los talleres de Escritura Creativa de El fontanero del Mar Ediciones. Organizador del festival poético...