España no es Uganda. Claro que no. No saben los ugandeses la suerte que tienen de no estar en nuestro pellejo. En Uganda no tienen Bankia y eso ya es bastante para que nos ganen la partida por goleada. Dichosos ellos.

España no es Uganda. Es España como su propio nombre indica. El país en el que desde tiempos inmemoriales no se llama a nada por su nombre.  Para nosotros, los saqueos indiscriminados a otras culturas siempre han sido descubrimientos; los vertidos tóxicos, hilillos; las crisis, recesiones; y a que Europa te tire de la correa hasta la asfixia lo denominamos línea de crédito. Con dos cojones.

Sí, esos 100.000 millones de euros otorgados desde Bruselas no son más que un crédito. Un crédito –que según nuestro presi- «ha ido destinado a la banca y que pagará la banca». Claro. Lo pagará la banca, pero con nuestro dinero, el dinero público que ha sido utilizado para reflotarla. Por poco consigue colárnosla el muy pillín, ¿eh?

España no es Uganda. Es el país en el que nunca nadie tiene culpa de nada. Rajoy culpa de la situación a Zapatero, Zapatero a Aznar, Aznar a González… y así podríamos llegar a Fernando VII o incluso a los fenicios. Por pasarnos la pelota que no quede. Hasta llegar al Big Bang… imagináos.

España no es Uganda. Aquí hay menos vergüenza y prima la filosofía de chupar del frasco y apoltronarse donde se pueda, con un superávit de políticos ineptos que cada vez da más asco.

España no es Uganda. Es la cuna del “sabelotodismo”, el país donde todo se arregla desde la barra de un bar o mientras se abre una cerveza de lata recostado en el sofá.

España no es Uganda, caballeros. No. Claro que no. Eso quisiera el Rey.

www.SevillaActualidad.com