Don Juan Carlos:

Muy buenas tardes ante todo. Le habla uno de esos jóvenes parados cuya situación le quita a usted el sueño según dijo hace unas semanas. Uno de tantos jóvenes que ya se cansa de ver cómo una vez tras otra sus mandatarios practican las hábiles artes de la demagogia y la hipocresía. Sí. Uno ya se cansa de estas cosas. El vaso de la paciencia se colma y rebosa: no se puede ir pidiendo austeridad a la ciudadanía mientras se recorre medio mundo en un jet privado -que pagamos todos- para pegar unos tiros.

Al César lo que es del César. Es muy loable que usted el pasado miércoles se disculpara por su última correría, muy pocos son capaces de hacer eso incluso habiendo cometido mayores atrocidades, y a usted no le tembló el pulso a la hora de reconocer su enorme fallo. Pero, por otro lado, su vergüenza torera no me basta.

Para un servidor, su «lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir» me suena a un «ya no os enteraréis más de mis andanzas», y es que poco a poco nos vamos conociendo, y este no es, ni mucho menos, el primero de los renuncios que se le pilla, y aunque no sea un renuncio, yo ya lo veo como tal. ¿Se da cuenta? Para este servidor -al igual que para miles de ciudadanos- usted ha perdido toda credibilidad. Incluso la ha perdido dentro de ese sector que le defendía a ultranza como un símbolo del Estado y que bajo ningún concepto pensaba que la Familia Real fuera una prole de mantenidos por la patilla. Los hechos nos están mostrando a todos el lado oscuro de su estirpe, y el hecho de darnos cuenta de que nos han estado tomando el pelo, jode.

Pero usted tranquilo, a pesar de todo esto que le he dicho, en España sigue habiendo una amplia camada de catetos e insensatos aterrados con abrir los ojos y ver la realidad que les rodea, la realidad que certifica que nuestra Familia Real se ha quedado obsoleta y ha pasado a ser una burla para sus paisanos y para el resto del mundo. A pesar de todo, ellos le seguirán defendiendo con argumentos tan bien llevados como que «usted puede hacer con su dinero lo que le dé la gana», claro que sí. Con dos cojones. Pobrecillos.

Si le soy sincero, a veces pienso que una monarquía sería útil siempre y cuando fuera merecedora del respeto de todos y cada uno de los españoles, cosa que desgraciadamente no es así, porque con todos los acontecimientos que vienen rodeando a su clan desde hace un tiempo, es algo completamente imposible. Pierden crédito día tras día, y lo peor es que lo seguirán haciendo.

Es demencial seguir haciéndole la rosca a una parentela que no está haciendo más que manchar el nombre nuestro Estado, y eso es como poco imperdonable: la función de la Familia Real Española, tal y como está concebida en estos tiempos, es la de dar ejemplo no sólo con la palabra, sino con sus actos. 

No voy a pedirle que abdique ni que renuncie a la corona, pero piense qué utilidad tiene una monarquía en la sociedad española actual. Ninguna.

Sin más, me despido.

Un saludo.

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