El pesimismo lo llena todo. La preocupación se palpa en el ambiente y la palabra «crisis» monopoliza todas y cada una de las conversaciones que se llevan a cabo a lo largo y ancho de este país. Con este comienzo, lo más normal es que penséis que os quiero agobiar hablando de bancos, paro y rescates, pero ni mucho menos es esa mi intención. Esto es un intento por haceros ver que hay vida más allá de los palos que puedan darnos los tiempos que corren.

A lo mejor es que soy andaluz y estoy acostumbrado a ver el futuro negro desde que comencé a caminar, pero pienso que la vida hay que mirarla desde el optimismo. Derrumbándonos y poniéndonos negativos perdemos más de lo que ganamos: esa actitud ni alarga la vida, ni nos va a pagar las facturas y ni mucho menos nos va a ayudar a buscar un trabajo. A fin de cuentas, todo termina llegando, y cuando ese momento llegue —sólo entonces—, nos daremos cuenta de lo equivocados que estuvimos tiempo atrás.

La vida es como un «cuadernillo Rubio», ella pone los problemas, y nosotros aportamos las soluciones. Hay soluciones más fáciles de encontrar, y soluciones más rebuscadas, pero todo, absolutamente todo, tiene solución, aunque a veces sea tirar por la calle de en medio rompiendo con todo lo establecido. Por lo tanto, tenemos que intentar que ningún problema consiga superarnos por muy enrevesado que sea, sólo de esta manera conseguiremos enfrentarnos a él y encontrar la solución que mejor le venga.

Sé que las cosas están mucho peor que hace diez años. Sé que todos tenemos problemas. Sé que lo más fácil del mundo es ver el vaso completamente vacío. Incluso sé que es normal contagiarse del mal ambiente que lo puebla todo, pero tenemos que hacer el esfuerzo por cambiar el chip, respirar hondo, y disfrutar de las cosas insignificantes que nos hacen reír y desconectar de la realidad.

Pensemos que no hay mal que cien años dure, y que todos tenemos a nuestro lado familiares y amigos dispuestos a echarnos un cable y sobrellevar junto a nosotros la situación por mal que ésta pinte. Para terminar, recordemos que bajo ningún concepto debemos perder la sonrisa; es una de las pocas cosas que nos salen gratis en esta vida.

www.SevillaActualidad.com