El 20 de octubre de 2011 será uno de esos días recordados por todos los españoles. ¿El motivo? El anuncio por parte de ETA del «cese definitivo de su actividad armada». Una noticia que veníamos esperando desde mucho tiempo atrás pero que nunca podíamos vaticinar que llegaría un día como el de hoy.

Según sus portavoces, hoy tocan a su fin 43 años de violencia armada, 43 años de terror e injusticias, de paquetes bomba y explosiones de coches, de asesinatos y familias destrozadas a todo lo largo y ancho de la geografía española.

En dicho comunicado, ETA insta a España y Francia a «abrir un proceso de diálogo directo destinado a solucionar las consecuencias del conflicto», considerando que la conferencia internacional celebrada en San Sebastián este pasado lunes «es una iniciativa de gran trascendencia política», porque su resolución «reúne los ingredientes para una solución integral del conflicto y cuenta con el apoyo de amplios sectores de la sociedad vasca y de la comunidad internacional». Desgraciadamente, no dicen nada de disolución de la banda, de entrega de armas, ni de los cientos de víctimas que han asesinado sin sentido durante tantos y tantos años.

Pero ese momento llegará, porque como bien ha dicho nuestro presidente, «la nuestra será una Democracia sin terrorismo, pero no sin memoria». En esta frase se resume perfectamente la idea de lo que se pretende conseguir, el fin de un asedio que nunca debió comenzar, y que le ha costado la vida a más de ochocientas personas durante más de cuatro décadas.

Es pronto para hacer balances sobre la situación. Queda muchísimo por hacer. Pero no podemos negar que ésta es una gran noticia para la Democracia española y nuestro Estado de Derecho. Muchos tal vez no lo valoremos, pero el hecho de que nunca más nadie tenga que mirar bajo su coche es un grandísimo paso al frente. Es importantísimo saber que a partir de mañana muchos comenzarán a vivir una nueva vida, caminando por la calle sin mirar atrás, sin necesidad de escoltas, sin tener que pensar cada mañana si ése será su último día.

Esto es sólo el principio, un comienzo. Eso sí; el mejor comienzo que podía tener la historia de la paz definitiva en España.

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