parody-9-noviembre-2016

La historia se encarga continuamente con sus acontecimientos de susurrarnos al oído “¿no te das cuenta?”, y, en algunos momentos, cansada de no ser escuchada, nos pega una leche para confirmar que la estamos oyendo.

A veces es un gancho de izquierda, otras uno de derecha, y en algunas ocasiones nos castiga el hígado. Como si fuésemos Rocky.

Nos dijeron que nunca ocurriría el Brexit porque eso sería el fin de Gran Bretaña y de consecuencias incalculables para nuestro país, que el Tratado de Paz de Colombia saldría adelante porque lo contrario sería una barbaridad, que el referéndum contra los refugiados de Hungría nunca sería votado por sus ciudadanos porque Europa no lo permitiría, que votar a Podemos es hacerlo a ETA, que apoyar al PP supone aprobar la corrupción, y que Trump era la reencarnación del mismo demonio.

Esto no es la victoria de un populista, de un ricachón sin escrúpulos ni de un misógino o racista. Esta es la derrota de los grandes medios de comunicación tradicionales, esos que se empeñan en darnos razones simples y claramente dirigidas con ningún argumento profundo. Esta es la derrota de los tertulianos de toda la vida, de lo establecido, de lo evidente. Este es otro ejemplo más de que periódicos y televisiones que hasta entonces han logrado manipular sin mayor esfuerzo la opinión y los actos del rebaño de ovejas que durante años ha caracterizado a la ciudadanía ya no son el referente de información para la gente que alguna vez fueron, llegando al punto de que ya se da el caso que el hecho de que te apoye o te rechace un gran medio es motivo más que suficiente para que desconfiemos o alabemos a un candidato, ¿verdad Susana y Pedro? Internet, redes sociales y el acceso a nuevos referentes, a corresponsales nacionales e internacionales que están al pie de los acontecimientos, normalmente sin apoyo alguno de los grandes medios, permiten hacerse una idea mucho más veraz de lo que está ocurriendo en el mundo. Mucho  más que lo que nos ofrece el contertulio de turno.

Sí, los de siempre nos han dicho que si gana Trump podría ser el fin del mundo tal y como lo conocemos, pero me juego el cuello (con lo complicado que es jugarse el cuello públicamente, no sé qué estoy haciendo), a que en las próximas horas, uno a uno, todos los medios, tertulianos, mercados bursátiles y demás que nos amenazaron con conocer el infierno si eso ocurría empezarán a decir que bueno, que tampoco es para tanto, que su discurso ha sido conciliador, que patatín, que patatán, y nos presentarán en pocos meses como normal a alguien que hasta el momento lo habían vestido con cuernos y tridente. Lo bueno (y malo) de que quede registrado todo en papel, imágenes y declaraciones es que podemos acudir, por ejemplo, a lo que decían que iba a suceder con el Brexit y no ha ocurrido.

Cuando el motivo para evitar que salga algo se basa principalmente en instaurar el miedo irracional a que eso ocurra, nunca se suele evitar que pase. La gente está descubriendo que no hay que tener miedo a nada.

Medios de toda la vida: creo que vais a tener que esforzaros un poco más, y dar argumentos más convincentes ante los acontecimientos que vayan sucediendo, si queréis recuperar la credibilidad que un día tuvisteis de vuestros lectores.  

Biólogo de formación con filósofa deformación, escritor, autor de la novela 'La soledad del escribido' y del blog 'Mi Mundo Descalzo', ha sido infectado por dos moscas ciertamente peligrosas: una,...