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Europa participa en la fabricación de armas que luego llegan a Siria, Irak, Afganistán y todos los países de Oriente Medio que permanecen en guerras eternas que destruyen ciudades y pueblos y hacen imposible la vida de niños, mujeres y hombres que se ven obligados a huir a Europa si quieren tener una oportunidad de salvar su vida.

Su destino es, paradójicamente, uno de los continentes responsables de su situación. Y aquí, la Unión Europea acaba de decidir que devolverá a Turquía a todos los refugiados y realojaría, si acaso, sólo a los sirios. Como si en el resto de países del entorno sirio se pudiese vivir perfectamente. Y pongo el “si acaso” porque ya existía un acuerdo por el que, por ejemplo, España se comprometía a realojar a 17.000 refugiados, y ha disminuido la cifra hasta 450.

El lema de la Unión Europea era ‘Unidad en la diversidad’. Se refiere a la manera en que los europeos se han unido para trabajar a favor de la paz y la prosperidad, beneficiándose al mismo tiempo de la gran diversidad de culturas, tradiciones y lenguas del continente. “…Si es que no encuentras la alegría en esta tierra, búscala hermano más allá de las estrellas, ven canta sueña cantado vive soñando el nuevo sol en que los hombres volverán a ser hermanos” dice su himno.

El ideario cristiano que fundamenta la base de la civilización europea tenía su origen en las palabras de uno que vivió hace más de dos mil años, muy cerca del lugar del que ahora vienen huyendo millones de personas aterrorizadas en busca de ayuda. Él dio enseñanzas que para muchos de los que ahora se sientan en los sillones de responsabilidad política y económica parece que significaban algo en la teoría.

«… Tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis…”, dice el libro que cuenta la vida de ese referente para muchos. Paz, prosperidad, diversidad, alegría, hermanos, dicen el lema e himno europeo.

Mentiras. Mentiras de creencias. Mentiras de conciencia. Mentiras políticas. Mentiras internas, personales, individuales. Estamos repletos de mentiras que decimos, leemos y cantamos de manera automática sin aplicarlas cuando la situación lo requiere.

Hoy me he mirado al espejo tras leer el acuerdo al que ha llegado Bruselas sobre los refugiados y he experimentado un creciente sentimiento de asco de pertenecer a los que tienen más, de estar en el lado afortunado del globo, de ser parte de los que manejan los hilos del mundo de manera tan insensible. Si alguien que no tiene nada pide ayuda al que tiene mucho, es deber de éste brindarla. No es una opción, no es una posibilidad. Es una obligación. Y nuestros líderes nos han arrebatado la posibilidad de actuar tal y como el sentimiento humano más primario exige de forma instintiva: con empatía. Con respeto. Con solidaridad. Por eso Europa está comenzando a resultar tan antipática. Por eso la Unión Europea cada vez me representa menos. Por eso el himno, el lema y sus referentes son lo más parecido a un simple papel mojado.

Biólogo de formación con filósofa deformación, escritor, autor de la novela 'La soledad del escribido' y del blog 'Mi Mundo Descalzo', ha sido infectado por dos moscas ciertamente peligrosas: una,...