parody opinion 111115

Un día naces, y te compran cosas, que luego tiran. Empiezas a andar, y te compran cosas, que luego tiran. Dices tus primeras palabras, y te compran cosas, que luego tiran. Inicias tu vida de colegial, y te compran cosas, que luego tiran.

Vas creciendo, y logras una pequeña paga, con la que empiezas a comprar algunas cosas, que luego tiras. Llegas a la juventud, y compras más cosas, que luego tiras. Muchos zapatos, muchos pantalones, muchas camisetas, muchos chalecos, muchos chaquetones, que luego tiras.

Ganas tu primer sueldo, y lo celebras comprando cosas que digieres y luego orinas, vomitas o cagas (perdón). También lo celebras comprando más cosas, que luego tiras. Un ordenador grande, una tablet, otro móvil, que luego tiras, para comprar otro ordenador, y otra tablet, y otro móvil, que luego vuelves a tirar y así muchísimas veces a lo largo de tu vida. Lo acompañarás con un coche, que usarás, y luego tirarás, y comprarás otro, que también tirarás, y una moto, que también acabarás tirando y reemplazando por otra, que tirarás.

Te compras o alquilas una casa con unos tabiques que tiras para hacer obras que mantienes durante un tiempo hasta que decides volver a tirar los tabiques antiguos y levantar otros en orden parecido al inicial. Decoras la misma con muebles hechos de madera que luego tiras e intercambias por otros muebles hechos de madera, que vuelves a tirar e intercambiar por otros muebles muy parecidos a los que compraste la primera vez, pero que al haberlos tirado ya, has tenido que volver a comprar en una tienda vintage.

Además, obviamente, tienes hambre, y compras comida, tanta que tiras las sobras. Compras productos en el supermercado, que vencen su consumición preferente y decides tirar. O que simplemente no te gustan, y seguirás tirando. Vas a un restaurante, pides un plato bien cargado y tiras lo que no te apetece. Ordenas unas papas bravas, y tiras las que no te tomas. Pides una bebida, la que sea, y dejas una parte de ella, que tiras. También enfermas y compras medicamentos que vienen en cajas con tantas píldoras que acabas tirando las sobrantes por caducidad.

Llegará el invierno y el ciclo de consumo volverá a repetirse. Comprarás nuevos abrigos y tirarás los antiguos. Le sucederá la primavera, comprarás nuevas camisetas y tirarás las antiguas. Vendrá el verano, comprarás nuevos bañadores, y tirarás los antiguos. Alcanzaremos el otoño, comprarás nuevos paraguas y tirarás los antiguos.

Nuestra vida se resume en comprar y tirar. Comprar y tirar. Comprar y tirar. Así hasta que esa idea, comprar y tirar, se funde de forma indisoluble con nuestro cerebro de manera que vemos absolutamente normal y lógico que nuestra principal función en la vida como animal social sea comprar y tirar, porque eso nos dará trabajo, riqueza, prosperidad, porque con eso alcanzaremos el progreso y nos alejaremos del subdesarrollo.

Despreciamos preguntarnos en dónde ni cómo se produce lo que usamos y comemos. No nos preocupamos de hacia dónde va lo que desechamos. No prestamos atención a que generemos a nivel de segundos productos que se asimilan a escala de milenios. Porque no nos interesa conocer las consecuencias de nuestros actos. Porque nos importa un carajo saber qué mundo dejamos a nuestros hijos. Qué mundo dejamos a nuestros hijos. Qué mundo dejamos a nuestros hijos.

Disculpad, se me ha estropeado el móvil. Salgo a comprar otro.

Biólogo de formación con filósofa deformación, escritor, autor de la novela 'La soledad del escribido' y del blog 'Mi Mundo Descalzo', ha sido infectado por dos moscas ciertamente peligrosas: una,...