La caverna mediática hispalense está de enhorabuena. El ascenso de Ganemos en Sevilla les permite volver a su esencia: hacer oposición y poner en marcha la maquinaria manipuladora y de ataque hacia todo aquello que no huela a rancio.

La reciente actitud de ABC hacia Ganemos Sevilla recuerda mucho a aquellos días en los que, durante meses, consiguieron ganarse lectores –y votos para el PP- dedicándose exclusivamente a comentar una foto de un plato de gambas. Oh… good old times!

A la caverna le pone la izquierda sevillana porque, con sus críticas y mentiras, consiguen llenar páginas en periódicos y minutos en tertulias sin necesidad de hacer periodismo. Por eso, están de enhorabuena, porque el periodismo de instigación es mucho más rentable que el de investigación. Vende más y requiere mucho menos esfuerzo: ¿que hay una asamblea de Ganemos? Fácil, en lugar de acudir a ella, el periodista de turno echa un vistazo a lo que se dice en twitter y después se dedica a inventar.

Con el tiempo que se ahorra en no ir y en no contrastar le sobra incluso tiempo para inventarse chistes sobre comunistas y mariscos y, así, tomar ventaja en la carrera hacia la sucesión de Antonio Burgos como cavernícola mayor. Son todo ventajas.

Estos inquietos periodistas no se han podido esperar a que Ganemos gane o, al menos, a que siquiera redacte un programa electoral con el que fundamentar suscríticas. Están impacientes por recuperar la difamación como su principal género periodístico, después de haberse dedicado en los últimos años casi exclusivamente a ser el medio de propaganda del partido de Zoido en Sevilla.

A estas alturas no hay discusión: después de haber recibido casi un millón de euros durante estos años, el ABC es un medio hecho a la medida de todo el espectro de la derecha sevillana y, en concreto, de quienes rigen el ayuntamiento y les financian de forma tan evidente.

Quedan varios meses para que empiece lo bueno de verdad y las elecciones municipales entren en su recta final pero el ABC, como viejo periódico que ha sobrevivido a dos guerras mundiales y a una guerra civil, ha dejado ya su trinchera bien cavada. Serán meses muy productivos para la caverna sevillana que recuperará las ventas y los shares que tuvieron en aquellos tiempos en los que se contaban las gambas que se comía Torrijos y se miraba con terror el ascenso de la bici. Pero, ojo, deberán medir bien las mentiras y las ofensas, no sea que se vuelvan en contra suya y del PP, Ganemos gane y ABC termine perdiendo ese dinerillo extra que se sacan cuando el PP gobierna la ciudad.

De madre sevillana y padre granadino, nació en Almería en 1991. En 2015 se tuvo que marchar a la Universidad de Groninga para poder estudiar la Sevilla moderna de verdad (la del siglo XVI). Es, además,...