Macrofiesta en Madrid / GC
Macrofiesta en Madrid / GC

Parecía como si hubiéramos estado encarcelados, como si el estado de alarmanos hubiera convertido en presos políticos. Si no, no se explica esa espantá de la madrugá del sábado al domingo. Nada que ver con un Jueves Santo en Sevilla, unos SanFermines en Pamplona, una Diada en Cataluña o El Aberri Eguna del País Vasco.

Ésto, si se le puede llamar de alguna manera,  ha sido un despertar, un salir de las cavernas, como cuando el hombre descubrió el fuego, la electricidad o internet.

-Por fin somos libres -gritaba desacerbada una muchedumbre dispuesta a comerse la noche, como si no hubiera un mañana. Comme si rien ne s´était passé. Como si no hubiera habido pandemia, y lo que es peor sin reconocer que todavía no hemos salido de ella.

Fuera mascarillas, adiós a la distancia social, viva el sexo libre. Esta es la  libertad, que no es la misma que pedían en la proclamación de la I República Francesa: liberté, egalité, fraternité.

Lo que hemos visto por la tele no era libertad, aunque se nombrara con la boca llena de calimocho por lo menos. Lo ocurrido en una gran mayoría de capitales españolas, era un puro libertinaje.

-Aquí hacemos lo que queremos dicen los jóvenes y otros que ya pintan canas y no se qué hacen tan tarde fuera de casa. ¿Es que no tienen hijos, padres, abuelos que en su caso les llaman la atención o a tener en cuenta no quizás vayan a contagiarlos?

Sin toque de queda y con los bares “abiertos hasta el amanecer” no nos queda otra que tirarnos a la calle, proclamando nuestra recién conseguida, por fin, ansiada libertad. ¡Todos a la calle!

Ni libertad ni libertinaje, simple estupidez e irresponsabilidad.

El fin del estado de alarma no significa el fin de la pandemia, eso deberíamos haberlo entendido desde el primer día. O no nos lo han explicado o no lo hemos querido escuchar.

¿Sopla un viento de libertad? Más bien de todo lo contrario. Un optimismo ante el avance de las vacunas que nos ha hecho creer que la batalla al virus dichoso está ya ganada. Y eso no es cierto…Sigue ahí, al acecho, cobrándose cada día unos cuantos más.

Por los hijos que te matan…yo te nombro…

Llevamos bastantes vacunas puestas, muchas, pero no todo el mundo está inmunizado, no tenemos inmunidad de rebaño, todavía…aunque algunos sin son bastante borregos en su actitud. ¿A dónde fue Vicente? A donde acudió la gente.

Esto no es un festín. Aquí se formó el dos de mayo, la de Troya y la de San Quintín. Se hicieron botellones, por todas las plazas, en todos los rincones.

¡Qué horror, qué vergüenza!

¿Fuimos más libres por beber en la calle, por no llevar mascarilla, por rozarnos, por fin con la muchedumbre? ¿De verdad habíamos sido rehenes?

La pandemia nos dejó en casa unos meses y prometimos y juramos que de ésta saldríamos  mucho más mejores…¡A la vista está! Hemos salido desbocados, a galope, intentando recuperar una libertad que nadie, sino el virus nos arrebató. Y como el virus está ahí, sigue con nosotros todavía y piensa quedarse largo rato…debíamos haberlo tenido en cuenta, antes de gritar LIBERTÉ!!!

¿Libertad es ésta que les llega ahora para echar a la gente de las casas, a los inmigrantes en caliente, para echarlos a los jóvenes al paro, a la pobreza…para no hacer viviendas sociales, antes al contrario venderlas a fondos buitres, como el caso de Madrid ? (Ayuso recurre la sentencia del Tribunal constitucional que anulaba la venta de viviedas sociales )

¿Libertad para el opresor, para tapar la boca a quienes dicen algo diferente?

Es muy antiguo eso de que al pobre obrero nadie  ni nada le va a cambiar la vida, ni siquiera la va a mejorar, por mucho que cambien los gobiernos.

¿Libertad para tomarse unas cañas? ¡Como no están caras las cañas!

El bicho sigue ahí-ahí está, ahí está-al acecho.

Madrid fue una Bacanal, una pura Rebaja que no podíamos perdernos …

La culpa…del cha-cha-chá!

¡Qué irresponsabilidad más grande!

Por el verso censurado/por los árboles podados/por las tierras invadidas/

escribo tu nombre/en las paredes de mi ciudad

Maestra, especialista de francés. Titulada por la Escuela Oficial de Idiomas, colabora en La Voz de Alcalá desde el año 2003 y en el periódico local 'La higuerita' de Isla Cristina desde el año 2010....