He hablado en otras ocasiones de cómo las redes sociales, u otros derivados de Internet, amplifican ciertos sentimientos, ya sean de animadversión o camaradería. Objetivamente, no sé si esto es algo nuevo y perteneciente a nuestra sociedad moderna, o si ya lleva bastante tiempo entre nosotros y no tiene nada que ver con la tecnología. Lo que sí sé es que la percepción de estos sentimientos entre muchas personas es real, y parece estar conduciéndonos a posiciones bastante extremas.

En parte por este motivo, aunque no sea el único, he decidido pausar, hasta nuevo aviso, mis humildes contribuciones para Sevilla Actualidad. Sin embargo, antes de despedirme me gustaría compartir con vosotros unas últimas y breves reflexiones, producto de lo que he podido experimentar y vivir en las discusiones sobre nuestra sociedad últimamente.

Si piensas que nuestro sistema político pasa por su peor momento, recuerda el período de la transición democrática y de cómo una España dividida consigue reconciliarse, y disfrutar de los mayores niveles de prosperidad de toda nuestra historia, sin excepciones.

Si piensas que España se rompe, te invito a consultar cualquier libro de texto de primaria o secundaria para que veas la imagen unida que se está enseñando sobre nuestro país a futuras generaciones.

Si piensas que nuestro sistema judicial es corrupto e injusto porque una sentencia concreta no te gusta, reflexiona por un momento sobre todas esas decisiones que realizan los jueces, que desconoces, y que están de acuerdo con tus ideas.

Si piensas que los inmigrantes tienen la culpa de tus problemas, ponte en su lugar o en el de tus abuelos, padres, hermanos o amigos que tuvieron que hacer las maletas para buscar un futuro mejor.

Si piensas que hoy en día cualquier aspecto de nuestra sociedad está en declive, tómate un café con uno de nuestros mayores y pregúntale cómo era la vida hace tan solo unas décadas. ¿Podían alcanzar sus sueños, o a menudo se veían forzados a hacer cosas que no querían por las circunstancias?

Si piensas que las mujeres son egoístas por querer compartir con los hombres de forma igualitaria los frutos de vivir en una sociedad desarrollada, recuerda que si lo consiguen sus logros nos van a beneficiar a todos.

Si piensas que defender una forma de hablar o de sentir en Andalucía atenta contra tu forma de sentirte español, recuerda que en 1936 mataron a Blas Infante por no pensar como tú, y que por él vives hoy en una región autónoma dentro de España que, de forma más o menos acertada, decide su futuro.

En definitiva, si tienes una opinión inamovible sobre algo, reflexiona. ¿Merece la pena? ¿Has pensado en los casos en los que no tendrías razón? Si has respondido de forma negativa a estas dos preguntas, me temo que no podemos iniciar un diálogo.

De padres gaditanos, nació en la Alemania dividida de 1987. Lo único que tiene claro es que la humildad y el olor de su tierra no se le han olvidado y que, a pesar de que cada región es especial en...