Frontera de Mexico, por Raquel Baranow

Uno de los temas más recurrentes de nuestro tiempo en el ámbito de la opinión pública y la política tiene que ver con la inmigración. Hace tan solo un mes, muchos periódicos europeos nos contaban la situación del barco Aquarius, al cual se le prohibió atracar en Italia con más de 600 personas a bordo en condiciones inhumanas. Este suceso no es un caso aislado, tal y como pudimos ver un par de años atrás con la crisis de los refugiados sirios, o con el goteo incesante de vidas que se pierden en el Mediterráneo todas las semanas.

Cada vez que los medios de comunicación o nuestros representantes políticos prestan una atención especial a las oleadas migratorias, las redes sociales, y los espacios públicos en general, se inundan de discusiones entre partidarios y detractores de acoger a inmigrantes. En estas discusiones, me asombra ver como los que se oponen a este fenómeno a menudo utilizan cifras desorbitadas sobre los supuestos beneficios económicos que los inmigrantes reciben por parte del Estado. A pesar de que los números que se mencionan no tienen nada que ver con la realidad, estos bulos se extienden como la pólvora entre la población.

¿Cómo es posible que se difundan tan rápidamente unas afirmaciones que no tienen ninguna base estadística? La clave para responder a esta pregunta está en las ideas preconcebidas que la población tiene sobre este tema en particular. Los bulos sobre supuestos inmigrantes beneficiándose del trabajo duro de los españoles tienden a reforzar las concepciones previas de muchas personas, que tienden a aceptar cualquier tipo de información que no vaya en contra de sus ideas. Este mecanismo puede ser muy peligroso si nuestras creencias no se corresponden con la realidad, ya que contribuirá a que cada vez estemos peor informados sobre asuntos de gran trascendencia.

Hace unos días se publicaba un nuevo estudio como documento de trabajo (más abajo podéis ver el artículo), que resaltaba precisamente la discordancia entre la percepción de la población sobre los inmigrantes, y los datos reales. Tras realizar una encuesta en países como Alemania, Francia o Italia, los investigadores han analizado si las percepciones de los encuestados se corresponden con la realidad. En particular, hay dos resultados que me han parecido muy interesantes, y que son relevantes para el tema de este artículo.

El primer resultado tiene que ver con la percepción de la población sobre el número de inmigrantes en el país. En Italia, por ejemplo, los encuestados creen que estos suponen casi el 30 por ciento de la población, mientras que el porcentaje real es del 10 por ciento. En Francia y Alemania, los números son muy parecidos. En base a estos resultados, podemos decir que la población no está al corriente de que los supuestos retos asociados con la inmigración y, por lo tanto, la mayoría de sus miedos, son infundados.

El segundo resultado trata sobre la idea de que la población inmigrada recibe más ayudas, comparado con sus homólogos nacidos en el país. Siguiendo con el ejemplo de Italia, el estudio demuestra que por cada euro que un ciudadano italiano recibe en concepto de transferencias del gobierno, un inmigrante recibe 30 céntimos. En el caso del Reino Unido y Francia, estas cifras rondan los 75 y 80 céntimos respectivamente. La evidencia es bastante clara: los inmigrantes, a pesar de vivir en condiciones mucho más desfavorables que las nuestras, no reciben más ayuda del Estado que nosotros.

Somos la generación con mayor acceso a la información de la historia de la humanidad. Sin embargo, esta ventaja histórica con respecto a nuestros antepasados se puede convertir en una desventaja, si dejamos que nuestras ideologías e ideas preconcebidas guíen nuestro criterio a la hora de aceptar la veracidad de la información que nos llega. Tanto en el caso de la inmigración, como en el de cualquier otro asunto relevante, tenemos que adoptar una actitud crítica para identificar qué asuntos requieren de nuestra atención. De lo contrario, los medios de comunicación y la clase política determinarán el futuro de nuestra sociedad, a pesar de ser una minoría.

***Los datos de este artículo están basados en: Alesina, A., Miano, A., & Stantcheva, S. (2018). Immigration and Redistribution (No. w24733). National Bureau of Economic Research.

De padres gaditanos, nació en la Alemania dividida de 1987. Lo único que tiene claro es que la humildad y el olor de su tierra no se le han olvidado y que, a pesar de que cada región es especial en...