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Si andas en una crisis postmoderna, encontrar en el suplemento de cierto diario nacional una entrevista con Bauman es como encontrar hielo ardiente o algo así, un daño y un consuelo.

Tras sus palabras, se mezcla en tu cabeza lo que sabías y lo que desconocías, y te entran ganas de borrarte de la faz de la tierra.

Entre otras cosas, el sociólogo me hizo pensar como, curiosamente, este mundo sobreinformado, hiperconectado y megaglobalizado permite pocas veces hacer una reflexión reflexiva, permitan la redundancia. Una especie de metaanálisis que nos deje averiguar si lo que sabemos o creemos saber procede de lugares fiables, se trata adecuadamente, se procesa bien.

Nada de eso parece interesar ya, si todo lo que necesitas saber está condensado y publicado en una foto de facebook ¿para qué vas a querer más?

Supongo que tengo un sentimiento como el de mi amigo Héctor, hombre de letras y complutense universal, que se lo llevan los demonios cuando ve versiones reducidas, aligeradas o aliviadas del Quijote. Yo en tiempos, intentaba convencerlo de que es mejor eso que nada, que si para acercarse al ingenioso hidalgo había que simplificar el lenguaje cervantino, lo mismo la causa lo merecía… Pero ahora empiezo a entender su intolerancia o su interés por establecer una línea, no sé si roja, de cuestiones intocables.

Probablemente sufrí algo parecido cuando comentando con un amigo que a cierto acto vino un antropólogo de mi universidad y me preguntó tranquilamente si no sería Javier Aroca. Con todo mi respeto y admiración a este hombre ¿nadie conoce a más antropólogos? Que por cierto, ni es de mi universidad… Ya de antropólogas ni me lo planteo: Margaret Mead que estás en las bibliotecas…

Lo que no se tuitea parece no existir, y lo que no salga en algún programa de La Sexta probablemente no tenga interés. Lo que debes ponerte te lo dice alguna bloguera de moda que mañana te dirá lo contrario, y hasta el feminismo tiene que inculcártelo alguna persona con presencia en las redes y capacidad viral. Lo demás, como decía la canción, está de más.

Bauman habla del beneficio de las redes sociales, cosa que lógicamente yo también admito, pero no dejo de pensar que están generando unas corrientes de información muy brillantes y digeribles, cómodas de llevar, plastificadas para mayor comodidad.

Las consecuencias las pagas cuando quieres ir más allá, discutiendo con argumentos o cuestiones que están fuera de este circuito. Entonces tu pareces la rara por salirte del código que impera, y casi eres una outsider del conocimiento por manejar información que viene en esa compilación de páginas llamada… ¿libro? y no te refieres al post de mengana o fulano.

Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...