Aunque quede mal contradecir a Machado, la primavera ha venido y sabemos perfectamente como ha sido, era inevitable, de hecho, otro poeta, Neruda, decía que podrían cortar todas las flores pero no lograrían detenerla.

León Tolstoi, unos años antes que Neruda, ya escribía en ese mismo sentido, narrando la imposibilidad de frenar esta estación, diciendo que pese a las piedras o el petróleo, hasta en las ciudades, era primavera…  Mal asunto ese de no poder frenarla, de tener que pasar por la época mas dañina del año, porque sincerémonos, por idílica que nos hayan querido vender la historia, la Primavera tiene una etapa absolutamente desagradable que casi llega a ser mortal. Realmente, el que me desagrada es su tramo final, cuando quiere confundirse con el verano, cuando en esta ciudad se alejan los ecos de las saetas y las sevillanas, cuando ya no queda ilusión por estrenar el azahar, cuando se dispara el termómetro y la cosa se pone insoportable.  Alergia a un lado, que no es tampoco este tema baladí, lo peor es la denominada astenia primaveral.  Al despertar sientes el doble de cansancio que tenías cuando te acostaste, lo que hace complicado afrontar la rutina diaria sin una desgana aplastante.

En mi calle parece que las criaturas del Señor también se alteran, como decía José Martí con aquella ansiedad de pájaro preso que quiere volar, por lo que dan ganas de sacar la cabeza por la ventana, gritando como una demente, a ver si algún pájaro, libre o cautivo, se calla o los perros y gatos se aplacan un poquito… Y es que lo decía Gabriela Mistral con aquello de «¡va loca de soles y loca de trinos!» Claro que ella se refería a la primavera y aquí la que se está desquiciando soy yo. Como una de esas golondrinas de Béquer me cuelgue un nido ni se imaginan dónde podría mandar yo al pájaro y su casa..

¿Qué le voy a hacer? soy más de otoño, pero no a la manera de Rubén Darío, de otoño incondicional, mirando a la primavera con los mismos ojos que Gloria Fuertes, que la llamaba cursi sin parar… Y es que estoy cansada de mi cansancio, enfadada por despertarme agotada y con la garganta hecha papel de lija, todo el día llorosa, moqueando, estornudando sin parar, intentando atenazar con corticoides efectos secundarios de una naturaleza cruel que vive en el entusiasmo de torturarme… ¿Qué panda de chalados desplegaron con su poesía semejante campaña de marketing ante un tiempo tan desagradable del año?

Y claro, podemos retrotraernos al origen mágico de todo. La culpa, siempre para las mujeres… Perséfone comiendo aquel grano de granada y su madre celebrando la vuelta haciendo a la tierra florecer.. Y mientras aquí, aguantando, a la espera de que la muchacha vuelva al Inframundo…

Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...