Alexander Graham Bell dijo aquello de: «Nunca vayas por el camino trazado porque conduce a donde otros han ido ya». Algo así me gusta pensar que fue en su momento Sevilla Actualidad; la desviación positiva de un camino que ya estaba siendo recorrido demasiadas veces por los mismos.
Quizás cinco años parecen pocos, aunque en un plano personal no puedo afirmar eso; en este último lustro mi vida ha cambiado tanto o más que la de esta ventana cibernética por la que cada día un grupo de jóvenes profesionales intentan contarles cómo va la vida… Cinco años de esfuerzo, trabajo, aciertos y errores de los que aprender cada día. Verdaderamente es complicado hablar así sin sentirse intrusa, yo que no soy redactora, que no tengo esa responsabilidad.
De hecho, a menudo matizo que no soy periodista; y no lo hago porque eso sea bueno o malo, lo hago por respeto a ellos y a una profesión que durante un tiempo consideré que fuera la mía, pero finalmente ambas descubrimos que no estábamos hechas la una para la otra.
Dejándome a mí a un lado, como si la subjetividad no lo impregnara todo siempre, no es poca cosa celebrar el quinto aniversario de un proyecto como este. Con la que está cayendo, a veces parece que todo está envuelto por una neblina gris, como si la ilusión estuviera desgastada. Sevilla Actualidad es todo lo contrario a eso; esta página es un continuo no rendirse, es más aún, es un remanente de ilusión diaria, de constancia, de trabajo y esfuerzo. Y lo mejor de todo es que no hablamos de un trabajo sin dirección, como si habláramos de aquellas bestias que utilizaba el hombre para arar la tierra, todo el día caminando sin llegar a ninguna parte.
Como tanto se ha dicho aquí, nuestro papel está en la red y creo que no hay mejor frase que resuma toda una filosofía informativa. No pretendemos ser lo que no somos y no tenemos ningún complejo o trauma por no tener un soporte en papel, ni siquiera echamos en falta un par de grapas… Somos inmensamente felices perteneciendo y contribuyendo al mundo digital, retroalimentándonos con las redes sociales, aportando visiones a una tela de araña capaz de incorporarlas todas más una. Por eso es tan cierta la cita de Graham Bell, por eso merecía la pena comenzar un camino que por aquellos tiempos pocos transitaban, por eso es maravilloso poder decir que formo parte de esta familia… Y es hasta paradójico que algo tan del Siglo de Oro como eran las gradas de la Metropolitana de Sevilla, donde al calor catedralicio y mercantil se reunía lo más granado de la fauna de la época, permanezca aquí, digitalizado y actualizado en la ciudad de hoy, donde la fauna del graderío es otra, aunque quizás, en esencia, Híspalis no ha cambiado tanto…