Dijo Anatole France: «Gobernar quiere decir hacer descontentos». Si esto fuera cierto a alguna le está saliendo todo al revés, y cuando digo alguna ya más de uno y de dos sabe que solo puedo hablar de ella (She is the one), Susana.

Yo no sé dónde está el fallo pero alguno tiene que haber, alguno y bien gordo porque… ¿cómo se explica que a los fachas les guste Susana?. Es tan inquietante, al menos para mí… Que una cosa es generar menos descontento que otros políticos y otra bien distinta es que en las páginas de esos periódicos que llevan grapas a una le regalen el oído del modo que lo están haciendo unos cuantos señores de orden de esos de toda la vida.

Al principio solo había chistes y chanzonetas sobre la presidenta, luego dejaron de reírse de ella… Después vino el dedazo de Rajoy, el cabreo de Zoido, el nombramiento de Moreno Bonilla, la alargada sombra de Arenas y pareció llegar el definitivo punto de inflexión, punto que llegó al increíble extremo en que plumas de la derecha escribieron cosas tales como que deseaban que Susana ganara las próximas autonómicas con mayoría absoluta, rotunda y aplastante… No todo está perdido, el deseo se basaba en que con una victoria así al menos Díaz no gobernaría «pactando con comunistas».

Al menos esta gente sigue reconociendo un enemigo, lo cual al fin y al cabo es muy justo y muy necesario, ya les digo, la derecha complaciente que se rinde ante Susana me da miedo, o pena, no lo tengo claro del todo… Y es que a veces no gustarle a cierta gente puede resultar el mayor de los halagos, y por esta regla de tres, gustarle a algunos puede que sea el signo inequívoco de que algo está mal.

Por otro lado, una intenta empatizar hasta el extremo, nunca mejor dicho, y se quiebra las entendederas intentando comprender este surreal giro de los peperovotantes… Se sienten solos, huérfanos, desconcertados con este candidato «agrocool» que les han endosado sin saber bien como… Se metían con Susana porque su CV se podría escribir en un pos-ít y claro, ahora les endosan a este hombre, que podría escribir el suyo en el anverso de un sello postal… Es lo malo de escupir para arriba, ya saben, la sabiduría popular pocas veces defrauda, popular de pueblo, no de partido, ojito. La cosa es que bien por despecho contra este despropósito, bien porque el roce hace el cariño, acaban convencidos de que la Díaz es algo así como un mal menor, al fin y al cabo no es atea, y eso a esta gente les inspira simpatía, como poco.

Puede que Susana esté adoptando la postura de Felipe, el personaje de Mafalda cuando esta le recordó la célebre frase: «¡Es mejor morir de pie que vivir de rodillas!» a lo que el niño le responde: «¿Y será muy deshonroso subsistir sentados?»

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Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...